ᴄᴜʀꜱᴇᴅ ʟᴇɢᴀᴄʏ | 𝐀𝐋𝐄𝐗𝐀𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐖𝐎𝐎𝐃

ꜰᴏᴜʀ

𝐌𝐔𝐍𝐃𝐀𝐍𝐎 𝐘 𝐏𝐄𝐋𝐈𝐑𝐑𝐎𝐉𝐀 𝐒𝐇𝐀𝐃𝐎𝐖𝐇𝐔𝐍𝐓𝐄𝐑

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╰─►El saco era golpeado una y otra vez con fuerza. Lo único que pasaba por su mente era aquel hombre con traje pulcro y cabello perfectamente cortado: Iván. La furia crecía en ella al recordarlo, al recordar la traición a su madre.

Dio un último golpe totalmente seco, descargando sus emociones que oprimen su pecho y cierran su garganta. Tomó la pequeña toalla de mano que descansaba junto a su botella de agua y limpió el sudor que caía de su frente.

Al frente de ella pasó Alec, molesto evidentemente. Su ceño estaba más fruncido de lo normal y su quijada apretada. Sintió una chispa de curiosidad y no pudo evitar seguirlo.

Así se guió hasta la sala principal, donde Jace estaba con una pelirroja y un chico que era evidentemente un mundano. Aquello logró molestarla por la falta de respeto que era; una persona normal no debería entrar.

—¿Un mundano? — Preguntó con un tono de asco. Ahora su vista se dirigió a la chica, que tenía una runa en su cuello. Ella era shadowhunter. — ¿Qué clase de osadía es esta?

—¿Es un insulto? — El de lentes parecía no entender.

—Valeshka, por favor. — Suspiró el rubio, cansado luego de aguantar a Alec.

—Es una falta de respeto, Wayland.

—Por primera vez coincido con Ivanova. — Murmuró Alec, tragando todo su orgullo con esas palabras.

—¿Ivanova? — Clary, la chica nueva, sonaba curiosa ante el apellido. — Lo he oído antes.

—Si dices algo malo, te juro que te arrancaré la lengua y se la haré comer a este mundano. — Siseó entre dientes. — Y créeme que soy capaz, cariño.

Aquello logró asustar a ambos, pues la joven rusa se veía intimidante pese a ser una pequeñez. También, verla con Alec a su lado cruzado de brazos, no ayudaba para nada. Ambos tenían esa pinta de matones.

—Ella es nueva en esto. — El rubio saltó a su defensa, en un intento de calmar la tensión.

—Sólo lo leí en algún lado. — Murmuró la pelirroja, encogiéndose en su lugar.

—Que sepas que esto. — Señaló a Simon. — Está prohibido y pones en peligro a todos en este maldito lugar.

—¿Ahora te importa? No eres más que una invitada, Valeshka. — El robusto estaba molesto y lo hizo notar.

—¿Te molesta que ella esté diciendo la verdad? — Alec la apoyaba. — Y no tienes derecho a hablarle así. — No sabía por qué lo hacía, quizá porque ambos ahora estaban del mismo lado en contra del mundano y la pelirroja.

—¿Y tú ahora estás con ella? Hace un día la odiabas.

—Ésto no nos hace amigos pero ambos sabemos cuál es el riesgo. — Habló la Ivanova. — No voy a seguir perdiendo el tiempo con estas idioteces.

—Mejor, no eres bienvenida. — Atacó Jace.

—Aww. — Un puchero falso apareció en sus labios. — ¿Crees que eso me lástima? No te necesito ni a ninguno de ustedes. — Antes de que pudieran decir algo, se dió media vuelta para irse y así tener la última palabra en aquella discusión.

Ni siquiera sabía por qué se metía en lo que no le importaba; quizá estaba aburrida y quería pelear con alguien. Estaba cansada, quería volver a su hogar de una vez por todas.