ᴄᴜʀꜱᴇᴅ ʟᴇɢᴀᴄʏ | 𝐀𝐋𝐄𝐗𝐀𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐖𝐎𝐎𝐃

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"𝐋𝐎 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐋𝐆𝐔𝐍𝐀 𝐕𝐄𝐙 𝐏𝐄𝐑𝐃Í" 𝐘 𝐁𝐀𝐑𝐑𝐄𝐑𝐀

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╰─►El viento azotaba de tal manera que su piel te erizaba por completo con su simple tacto. Sus cabellos ligeramente despeinados danzaban al compás de la brisa mientras ambos ojos se mantenían en una conexión magnética; adictiva.

—No tuve tiempo de preguntar tú nombre. — Aquel murmuró salió de los dulces labios del hombre. — Quería invitarte otro trago.

—No me gustan los brujos. — la Shadowhunter corto todo el ambiente.

—¿Y tú quien eres? Así sé con quién estoy tratando. — El brujo, habló con ironía.

—Valeshka Ivanova. — Respondió, con aires de superioridad.

Pasaron unos segundos en silencio, dónde la rusa no miraba al contrario. Pero, cuándo decidió hacerlo noto algo. observó con curiosidad los ojos del hombre frente a ella, sorprendida por la repentina cambio en su expresión. Sus ojos, antes brillantes y llenos de vida, ahora estaban velados por un manto de tristeza y añoranza. Un destello de emoción oculta parpadeó en lo más profundo de aquellos ojos, despertando su intriga y desatando un torrente de preguntas en su mente.

La sombra de melancolía que cruzó el rostro del hombre le intrigaba, despertando una sensación de familiaridad desconocida en su interior. ¿Qué habría desencadenado ese dolor en él? ¿Y por qué su apellido parecía haber provocado tal reacción?

Para Valeshka, los brujos eran seres misteriosos y enigmáticos, pero nunca había imaginado que su familia estuviera vinculada a ellos de alguna manera. La conexión entre los Ivanova y los brujos era un secreto oculto en las sombras del pasado, desconocido para ella hasta ese momento.

Mientras observaba los ojos llorosos del hombre, la castaña sintió una extraña sensación de complicidad, como si ambos compartieran un vínculo invisible que trascendía el tiempo y el espacio. Aunque no entendía completamente el significado detrás de esa mirada cargada de emoción, sabía que había algo más, algo que aún estaba por descubrir.

Los ojos de Magnus se humedecieron al escuchar el apellido de Valeshka. Una sombra de muchos sentimientos cruzó su rostro, como si un recuerdo doloroso se agitara en las profundidades de su ser. En ese instante, sus ojos revelaron una historia no contada, un lazo perdido en el tiempo que aún resonaba en su alma.

Para la rusa, el apellido "Ivanova" no era solo una etiqueta familiar; era una carga, una herencia de dolor y pérdida que se había transmitido a través de generaciones. Pero para Magnus, ese apellido evocaba algo más, algo intangible pero profundamente significativo.

Sus ojos vidriosos reflejaban una tristeza ancestral, un eco de una conexión rota que había marcado tanto a los brujos como a los Ivanova. En ese momento de silencio tenso, parecía como si el peso del pasado se posara sobre sus hombros, recordándoles la fragilidad de los lazos que alguna vez los unieron.

La mirada del brujo transmitía un misterio intrigante, como si guardara secretos ancestrales que se perdían en las sombras del tiempo. Y aunque sus palabras no revelaron nada, sus ojos hablaban por él, susurrando una historia de amor y pérdida que trascendía las barreras del tiempo y el espacio.

Valeshka, intrigada por la mirada enigmática del hombre frente a ella, no pudo contener su curiosidad y finalmente habló.

—¿Por qué me miras así? — Preguntó, con un dejo de confusión en su voz.

Magnus, con sus ojos aún llenos de lágrimas, le devolvió la mirada con una expresión enigmática.

—¿De qué manera te miro? — Respondió, con una voz suave pero llena de significado. Velados por una capa de nostalgia y tristeza, parecían contener un universo de secretos no revelados.