ᴛʜʀᴇᴇ

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𝐏𝐀𝐍𝐃𝐄𝐌Ó𝐍𝐈𝐔𝐌 𝐘 𝐄𝐒𝐏𝐀𝐃𝐀 𝐒𝐄𝐑𝐀𝐅Í𝐍

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╰─►Los tacones de ambas chicas resonaban por el pasillo vacío. La madera rechinaba debajo de sus pies y el silencio reinaba entre ellas.

—Yo... — Valeshka detuvo su caminar para girarse y mirar a la joven. — No debí golpear a tú hermano, lo lamentó.

—Ambos dijeron cosas feas, descuida. — Hizo una mueca para continuar hablando. — Debe ser difícil para ti estar aquí, lejos de tú hogar.

—Lo es. — Admitió, cansada. — Lo único que quiero es estar en mí cuarto y dormir.

—Te llevaré. — Sonrió Izzy, siendo la primera persona, además de Jace, amable con Val.

Volvieron a tomar caminó hasta llegar al cuarto de la rusa. La neoyorkina abrió la puerta dándole paso a Ivanova.

El cuarto no era tan grande cómo su habitación en rusia, pero era lo suficiente cómo para que esté cómoda. Había una cama, un escritorio, un mueble dónde guardar su ropa y una puerta que llegaba a un baño privado.

Valeshka giro sobre sus talones para mirar a la chica, con un intentó de sonrisa forzada.

—Gracias. — Dijo sincera. — Si no hubieras estado ahí, habría perdido la cordura.

—Alec es difícil pero cuándo llegues a conocerlo sabrás lo bueno que es. — Se tomó el atrevimiento de tomar su mano y acariciar su dorso, demostrando compasión. — Aquí tienes una amiga para ayudarte.

—Gra...-

—No hace falta que me digas gracias por ser amable, Valeshka.

—Val.

—¿Qué?

—Mis amigos me dicen Val, puedes llamarme así.

—De acuerdo, Val. Te dejaré descansar, tus cosas llegarán en un momento.

Isabelle se retiró del cuarto, dejando a la chica sola con sus pensamientos. Lo primero que quería hacer era tomar un baño de burbujas para relajar sus músculos y dormir por horas hasta que le asignen una misión.

Hizo lo primero, yendo hasta su baño y dándole tiempo a la tina para que pudiera llenarse. Añadió algunos aceites para hacer más placentero su baño y se sacó la ropa para luego sumergirse en el agua mezclada con las infusiones aromáticas.

Toda la tensión de su cuerpo se fue ante la relajación. Cerró los ojos disfrutando cada momento íntimo consigo misma, tomándose su tiempo sin querer salir del agua. Se sintió un pez por un momento, amando estar allí.

Cuándo ya paso el tiempo debido, decidió salir. Envolvió su cuerpo con una toalla y salió del baño llevando simplemente eso que cubría su desnudez.

Su maleta estaba allí, supuso que alguien la llevó. Rebuscó algo de ropa, optando por ponerse una remera beige larga hasta los muslos, dejando solo sus bragas para dormir cómoda.

Arregló sus prendas dentro del ropero, liberándose de una tarea más. Quitó las sábanas de seda blanca que estaban en la cama y las cambio por las suyas, traídas directamente desde rusia. Estaban impregnadas con el olor característico de su antigua habitación. De esa manera podría sentirse cerca de su casa.

ᴄᴜʀꜱᴇᴅ ʟᴇɢᴀᴄʏ | 𝐀𝐋𝐄𝐗𝐀𝐍𝐃𝐄𝐑 𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓𝐖𝐎𝐎𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora