Yo era un fracasado de 30 años...
Y de repente volví a ser un adolescente con la única preocupación de ser exitoso con sus amigos.
Pero ahora tengo un nuevo propósito: salvar al amor de mi vida.
Mi rutina diaria es, a decir verdad, demasiado monótona.
Primero me despierto.
Me baño.
Desayuno algo rápido como cereal o sopas instantáneas.
Me cepillo los dientes.
Y procedo a irme a mi trabajo dónde soy sobre explotado y sobajado por cada cliente que quiere quejarse por la más mínima cosa por más estúpida que sea.
"¡Por mi tragas idiota!"
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"Claro... Que tenga buen día señora"
"¡¿Ah, te burlas de mi?!"
Consejo de vida chicos: NUNCA trabajen en servicio al cliente ni tiendas de autoservicio. De lo contrario terminarán odiando a la humanidad.
Luego de eso salgo a dar una vuelta, aunque no me gusta mucho hacerlo últimamente.
Tanto por el hecho de que aveces siento que estoy siendo vigilado por alguien, como porque aveces... bueno...
"Hey anciano, ¿que haces en nuestro territorio?"
"... ¿Anciano?"
Un grupo de niños de primaria me rodearon.
"Largo de aquí anciano, mejor ve a tomar tu avena"
"¿Avena? ¿Crees enserio que me alcanza para ese manjar mocoso miado?"
"¿Cómo me llamaste?"
"Mocoso miado, ¿algún problema?"
"Pagarás por dirigirte así a nuestro líder" uno de los niños de aquella manada habló.
"Vengan con todo niñitos, voy a desquitar con ustedes todo el estrés que cargo, solo no vayan a terminar llora-"
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"¡ME LAS PAGARAN MOCOSOS!"
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