Capítulo 3

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Cuatro días después del incidente, me encontraba jugando videojuegos con Tomás, miércoles por la tarde, las tareas ya las había terminado y el evento que me tocaba fotografiar lo tenía para el día siguiente, me encargué de dormir bien después de llegar de clases y, luego, solo fuimos Tomi y yo por lo que restó del día, riendo cuando mí hijo señalaba emocionado los gráficos moviéndose, no sé porqué Melissa le compró un PS2 para su tercer cumpleaños, solo teníamos juegos de carros donde mí niño casi nunca entendía nada o uno didáctico, ese sí que le agradaba, aunque cuando estaba con él, nos reíamos de ver cómo su auto chocaba, o el mío explotaba, lo que fuera, sus carcajadas llenaban mí casa, haciéndome sentir extremadamente bien.

— Tomi, debes ser el peor jugador de la historia y, por encima de todo, el único que se ríe cuando queda en último lugar.

Mí pequeño me observó curioso, pero me continuó mostrando esa sonrisa con dos preciosos hoyuelos marcados a los lados, la cual desapareció cuando ambos escuchamos el sonido de mí celular. Iba a maldecir, pero preferí morderme la lengua hasta que observé el nombre en el identificador "Hermanito ❤” aparecía en letras grandes.

— Tranquilo, mini fiera, es el tío Dylan.

Observé a Tomás sonreír al escuchar el nombre de su tío y, luego, sus manitos tomaron el control de nuevo. Inicié otra partida para que se divierta, mientras pegaba el celular a mí oreja, oyendo la voz alegre que tanto caracterizaba al Omega pelinegro.

— Claudio, pendejo de mierda, ¿por qué no contestabas?

Conocí a Dylan en la Universidad, él es un Omega relativamente normal, tiene un carácter muy agradable, aunque nunca sabe cuándo callarse, él cuenta con todas las facilidades para tener a un Beta o a un Alfa cuando desee; sin embargo, no ha tenido una cita hace mucho, mucho tiempo, según me dijo. Nos conocimos un día saliendo de clases, cuando detuve el ascensor para él y empezó a contarme la vez que se quedó atrapado en este, fue gracioso, al final terminé invitándolo a mi casa. Era un Omega, no tengo porque temer que me haga algo.

Lo curioso es que no tengo muchos amigos, Dylan contaría como uno de los pocos y el único cercano de la Universidad, ¿por qué? No me llama la atención conocer personas, tanto así que de la Universidad paso a la casa, o del trabajo a la casa, no salgo a citas, sí voy al bar es con un único fin, entonces muchas personas me consideran poco sociable, me imagino. No me importa, Dy es como esos chicles de los que no te puedes separar por más de que quieras, puedo intentar desaparecer de la faz de la tierra por una semana, y Gorosito es del tipo de persona que te llama todos los días hasta encontrarte. Él te busca, porque le aburre esperar, y sinceramente se lo agradezco, de no ser por ese agradable detalle de su persona, yo no tendría absolutamente ningún amigo.

— Dy, es que estamos en un gran momento de padre e hijo —Lo escuché reír, él siempre era tan alegre.

— Bueno, dale besos de mí parte, ¿de acuerdo?

— Claro, de tu parte y el triple de la mía, ya sabes.

— Perfecto, pero Clau,  no es por Tomi por lo que llamé esta vez — Escuché que suspiró y preparé mi oído, seguro él también estaba tomando aire. — ¿¡Cómo es eso que estabas con Agustín Ruberto en la exposición del sábado!? Por Dios, no puedo... ¿Desde cuándo salen? ¿Te está cortejando? ¿Te ha mordido? ¿Es tan genial cómo parece?

Agustín Ruberto, sí, suena bien. El nombre perfecto para un Alfa idiota y engreído, que se cree la gran cosa por su posición social y por ello no folla a Omegas pobres, débiles y desesperados aunque estén en celo. Sí, Ruberto, el apellido de un cretino, juro que lo único bueno que he sacado de estos días en celo es saber que mí Omega debe olvidarse de él de una buena vez, no chillar de felicidad por saber su apellido, como ahora. Suspiré, apoyando mí cabeza en el respaldo del sofá, ya debería haber cesado esta ansiedad por él, ¿no sirve que haya pasado todo mí celo con su imagen en la cabeza? ¿Con su aroma? El pensar en su tacto y sus labios... Oh Claudio, contrólate.

The Perfect Omega - Echeverri & Ruberto [Adaptación]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora