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  ¿Conocen los cuentos de hadas? normalmente los vemos reflejados en las películas animadas o incluso en las de vida que hace Disney, esas que nos ilusionan haciendonos creer que el amor es así de bonito y sencillo...

Pero eso sólo es la punta del iceberg.































No podía verlo por ningún lado, el tráfico me estaba quitando la poca paciencia y claramente no era temprano, estaba a unos 30 minutos de que sean las doce de la noche. No sabía si volver o seguir buscando por él cuando claramente me pidió que no volviera verlo. —Fourth...— 

Aceleré un poco llevando mi auto hasta la bahía, estacioné lo más rápido que pude y bajé buscandolo por cada lugar, la bahía ya no estaba como aquel día, ahora estaba oscura y fría. —Impaciente... no me quivoqué cuando lo dije.— Esuché su voz, al estar tan oscuro el lugar no podía verlo, pero sí sentí el olor al cigarrillo, le gustaba fumar un mentolado, reconocía perfectamente ese olor. —Fourth...— Se acercó a mí con su cigarrillo entre los labios.

—¿Eres terco por familia o eres el único en tu especie? Te dije que no voy a trabajar para tí, he trabajado un par de veces para tu padre, nada especial.— Asentí acercándome a él y quitando su cigarrillo para ponerlo en mis labios. —¿Entonces? ¿Por qué no quieres trabajar para mí?— me quitó el cigarrillo apagandolo con la esquina del poste de luz que obviamente, no funcionaba. —Porque no voy a trabajar para alguien que quiere más que sólo un beso.—

Yo... no lo quería sólo para eso. —Fourth.— me miró... —Quiero conocerte un poco más.— sonrió de lado y tomó mi cintura acercándome a él, me puse nervioso como cada vez que tomaba esos atrevimientos sin preguntarme, como si supiera que me gustaba —Te estás sonrojando.— No me digas..—Es por eso que no puedo trabajar para tí.— ¿Eh? —No quiero involucrarme en algo que sé que no podré negarme...— Miró mis ojos, tomando un poco de aire cuando su vista bajó a mis labios, los acarició con su pulgar y se acercó a un punto en dónde podíamos rozar levemente su labio inferior con mi labio superior... cerré los ojos, esperando el contacto y escuché —Ya no me busques Gemini, por favor.— Me soltó, colocándose su casco y subiendo a su motocicleta.

Se acercaba la medianoche, debía irme... pero su algo me hacía querer seguirlo. —Gemini.— ¿Gail? Me giré y lo ví ahí parado—Vámonos.— 

En mi propio auto iba como el acompañante, Gail de vez en cuando miraba hacia mi lado como intentado descifrar que era lo que me pasaba. Noté su mirada esas veces y me atreví a hablar —No hay nada extraño, simplemente me hubiera gustado que sea diferente.— Él me miró y soltó una risa. —Gemini, no es fácil conocer a alguien nuevo, tú llevas años sin tener amigos.— Antisocial, básicamente dijo eso.

El camino a casa fue largo, cuando llegué mamá estaba parada en la puerta con los brazos cruzados, tal vez muchos no lo noten, pero ella y yo tenemos la misma mirada.

Bajé del auto y me acerqué esperando un reto. —Gemini, necesito hablar contigo, ve a mi oficina por favor.— Y se fue, Lina me miró pidiéndome disculpas, al parecer hizo lo posible pero no fue suficiente. —Está bien, gracias Lina.— Caminé hacia la oficina de mi madre, sintiendo el ambiente diferente, la oficina de mi madre era diferente a la de mi padre, sus paredes eran rojas con detalles en gris y su lugar era elegante y cómodo, sin embargo era intimidante y te hacía querer mantener las formas.

If you know me [ GEMINIFOURTH ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora