-9-

229 30 4
                                    

A veces uno pasa por aquellos momentos que confunden nuestra mente, probablemente la mayoría cree que la mente es una parte fuerte y casi imposible de manipular, pero es el arma más peligrosa que tenemos más cuando se trata de nosotros mismos.


Fourth.































El viaje de regreso había sido silencioso, ninguno tenía mucho para decir tampoco yo había hecho silencio luego de aquel golpe que él había recibido ¿qué esperaba? no había sido una buena idea desde un principio, no quería verme involucrado en algo que sabía que no tendría retorno una vez lo probara. —¿Estás bien?— Preguntó frenando en la puerta de su casa, ¿debía responder? —Estoy bien, sólo algo cansado.— No estaba cansado, tampoco había falta de energía, sólo me encontraba un poco confundido.

Tenía muy en claro mis ideas, mis razones e intenciones pero... —Me estás confundiendo.— solté de repente. —¿Ah?— Tomé aire y lo miré. —Estoy confundido, muy confundido, no sé que habrá pasado con nosotros antes del accidente, no sé si llegué a cruzar la línea contigo, pero me había prometido no hacerlo.— Trabó la puerta para mirarme completamente serio ¿acaso no sabía que esa mirada podía ponerme de rodillas? —Si te digo... ¿Me creerías?— ¿por qué habría de no creerle? Se quitó su cinturón de seguridad y se acercó a mí, nuevamente podía sentir su respiración a centímetros de mis labios. —Tú y yo no hemos tenido sexo de milagro, más de una vez me haz provocado y más de una vez también lo he hecho yo. Nunca hemos formalizado una relación pero te trato como si lo hubieramos hecho, me haz besado tantas veces que me he vuelto adicto a la adrenalina que me haces sentir, en caso de que no lo recuerdes, tus manos se mueven muy bien en mi cintura.— 

Me quedé estático, no podía modular palabra alguna, sus manos en el asiento junto con mis manos en mis propias piernas intentando fingir que no estaba nervioso cuando claramente mi vista iba de sus ojos a sus labios. —Te conozco lo suficiente, Fourth, te conozco lo suficiente como para saber que ahora te mueres por estar en mis piernas.— 

¿Cómo sabía? ¿Cómo podía negarle aquello? No podía hacer más que mirar sus labios, no podía evitarlo, quería besarlo, quería subir en sus piernas. —Gemini, basta.— Él se alejó levemente y destrabó la puerta. —Lo siento.—. —Está bien pero debo ser sincero, no recuerdo nada de lo que estás diciendome, tampoco puedo negarte que no siento algo cuando tienes esta cercanía conmigo, pero me cuesta creer que no es la primera vez.— Asintió y volvió su mirada al frente. —Nunca lo escuché de tus labios, pero si me das la oportunidad... quiero volver a enamorarte.—

¿Cómo sabría que estaba enamorado de él? No podía recordar nada, todo lo que me contaba me parecía completamente irreal ¿Acaso pasé un límite? —Creo que ya es tarde... te veo mañana, Gem.— Bajé del auto sin contestar su petición, no sabía que responder a aquello, no entendía mucho tampoco, mi mente estaba en blanco, borrada, como si todo... hubiera sido un sueño.

















Temprano a la mañana me decidí en salir a correr a lo que era la bahía de la ciudad, un lugar bastante familiar para mí, solía venir cuando me sentía solo, triste o quería un momento para mí mismo. —Fourth.— Una voz femenina interrumpió mis pensamientos acercándose a mí con un cigarrillo. —Prim.— Ella sonrió y se cruzó de brazos mirando a la misma dirección que yo. —Me enteré de tu accidente ¿Cómo te sientes?—. —Un poco mejor, estoy pensando volver a la universidad este año.— Prim era mi compañera desde la secundaria, siempre nos habíamos llevado excelente pero en la universidad nos vimos separados por carreras.

If you know me [ GEMINIFOURTH ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora