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Me haces sentir como…

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—¿Entonces si eres novia de Damon? —ignoro el comentario dejando un libro en el estante para retirarme e ir a otra parte buscando algo más de mi interés para leer—. Que odiosa —lo escucho murmurar y sigo mi camino tomando de mi jugo de naranja.

Pasan unos minutos y voy por otra sección; esta de ciencias y pongo una mueca cuando encuentro algo que trata de química. Nunca me gustó.

—Líbrame, Jesús —digo para el cielo ya que no hay nadie en el pasillo y sigo pasando la mirada por los lomos viendo algún título de mi interés, y capto uno que dice algo de la evolución. Nunca me gustó tampoco. Realmente no comprendía mucho el tema. No le encontraba mucho sentido.

En sí es complejo y controversial así que no presté mucha atención cuando me lo explicaban en el colegio. Si decía que creía lo que dice la biblia la profesora me reprobaba. Era atea y era un problema con aquellos que no. O sea, la mayoría. Por esa razón la sacaron de mi colegio. Era un grano en el culo esa vieja. Todo el revuelo y protestas de los estudiantes comenzó por mí y bueno, adiós.

Aunque no estaba hablando de eso en un principio, estaba comentando de la evolución del ser humano que… no sé qué creer ahora mismo, es tan raro…

Más rara tú con ese tema de la nada.

Frunzo el ceño y agarro el libro para ver su portada, pero antes mis ojos se encuentran con un rostro al otro lado del estante. Casualidad de la vida: tomó un libro también de su lado dejando esa ventana entre los libros. Pongo mala cara pegando el libro a mi pecho para irme, pero…

—Sé que no te agrado.

—Sé que yo a ti tampoco y por eso me pregunto por qué me sigues —subo una ceja y se encoge de hombros.

—No te sigo. Me gusta leer y… ¿Por qué no venir a la biblioteca? Más bien, raro que estés aquí.

—Busco tener el hábito —le muestro el libro y lo repasa con la mirada y asiente.

—Es muy bueno.

—¿Entonces?

—¿Que?

—¿Necesitas algo?

—Hablar.

—Sería normal si fueses alguien más —enfatizo y esboza media sonrisa—. Pero me estás hablando por una razón, así que… ¿Entonces?

—Te hice una pregunta.

—No te voy a contestar.

—¿Hay algún problema?

—Sí —sube ambas cejas—, que no es tu asunto.

—Ah, claro que no. Pero para ponernos al día.

—¿Desde cuándo?

—¿Eres novia de Damon?

—No, Jeremy.

—No rezongues. Cualquiera tiene curiosidad.

Comienza a caminar y por curiosidad de saber que quiere, lo sigo por el otro lado, y como hay libros faltantes puedo ver su rostro y el cabello rubio brillando, por la luz del sol que se cuela por las ventanas del lugar.

—Cualquiera sí —choco miradas con él por unos cortos segundos antes de pasar otros libros y ver su cara de nuevo por un pequeño espacio entre los estantes—. Tu no.

—Tienes razón —lo escucho y agarra un libro aún caminando. Dios, está biblioteca es enorme. Las pocas veces que he entrado no prestaba atención, y ahora… joder.

Pisando los erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora