3. Tu Explicación No Me Importa!

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Giyuu estaba sentado en una de las bancas del pasillo del segundo piso, comiendo una barra energética para recuperar energías. Las clases con los estudiantes de secundaria eran bastante agotadoras, para ser honesto.

Sanemi al verlo se acercó de inmediato, a lo que el Omega suspiró con molestia y se puso de pie con la idea de retirarse. Sanemi se irritó por este gesto y lo siguió por el pasillo.

- No te cansas de acosarme, Shinazugawa? Cual es tu maldito problema!? Dejame en paz!

- Deberías dejar de comer la barra energética que estás metiendo en tu boca, Omega. Son excesivamente altas en fibras, y si sigues comiendo te va a doler la panza.

Giyuu rodó sus ojos mirando hacia otro lado y le dio otra mordida a la barra.

- Y eso qué te importa? Necesito recuperar mis energías si estoy haciendo deporte todo el día! Ahora dejame en paz, quieres? Me estoy hartando tanto que si sigues así renunciaré en minutos.

-Ha, te aseguro que no lo harás, dulce Omega.

Él sonrió burlonamente. El Omega no perdería el trabajo que tanto le costó tener junto a los alfas y betas, de eso estaba seguro.

- Te estoy dando una orden, Omega. Deja de comer esa barra energética, que le hará daño a los niños...

- Eh?

Tomioka volteó a verlo algo confundido. De qué niños estaba hablando?

- De qué hablas?

- De los niños que pondré dentro de tu adorable y virgen útero, Giyuu. Necesitas alimentarte bien para cuando quedes embarazado.

Él sonrió orgulloso de su comentario, arrebatándole el trozo que le quedaba a Giyuu de la barra energética.

- Realmente estás loco. En esta escuela hay montones de Omegas que estarían dispuestos a abrir las piernas para tener tus ridículos hijos, y vienes a acosarme a mí? No serás un poco masoquista? Te gusta ser rechazado una y otra vez para verte patético?

- Crees que soy un imbécil, Omega? Quiero tenerte a tí, porque eres diferente a los otros Omegas... No eres sumiso ni débil, características que quiero que tengan mis hijos... Lo entiendes? Quiero preñarte a tí con mis cachorros, para después sentirme como todo un ganador que fue capaz de embarazar al Omega más terco que existe!

- Sigue soñando, Sanemi. Jamás tendré cachorros, y mucho menos con alguien como tú.

- Uh? Y por qué sería eso, Omega? Quizás si me das una buena explicación, deje de molestarte. Aunque lo creo imposible, heh.

Giyuu suspiró y se cruzó de brazos ladeando la cabeza, irritado. La idea de ser honesto con Sanemi le hacía arder en molestia, pero quizás sería su salvación para dejar de ser acosado.

- El apareamiento me da asco. La simple idea de que un Alfa crea que soy de su pertenencia para aparearse y llenarme de bebés es realmente estúpida... Pensar en que meta su pene dentro del conducto que da a mi útero me estremece y-

- Quieres decir, tu ano?

Él sonrió burlonamente otra vez. Con todas sus conversaciones, Sanemi pudo entender que el Omega odiaba hablar sobre esos temas con un vocabulario directo y vulgar, y podía ver como su carita se sonrojaba entre una mezcla de vergüenza y rabia.

Adorable.

- Ugh... Sabes a lo que me refiero, idiota.

Giyuu carraspeó con irritación.

❈Un Omega Terco❈ (SaneGiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora