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Si estabas lista para hablar de mi.
Si me sacaste to lo que te di.

Mateo

—Me lastimas, gala.— Dije mirándola, esperando a que al menos le dé la cara para mirarme a los ojos. —Me haces mierda siempre. Con tus actitudes, tus idas y vueltas de mierda. Siempre soy el pelotudo que da y no recibe.— Hablé calmado, pero tenía ganas de mandarla a la mierda.

—Vos también, Mateo. Me dejaste sola. Te pegaste de la nada y no me das atención. ¿Que querías que haga? Tenía unos tragos encima— Se excusó mirándome. Yo solo pase mis manos por mi cara.

—¿Te estás escuchando? Me fui dos días solamente, a mendoza a dar dos shows, te invite a que vengas conmigo y me metiste la excusa de que tú mamá se sentía mal y la tenías que cuidar,  ¿De que carajos que me estás hablando? Que no te doy atención? Te doy todo el tiempo del mundo, siempre doy todo yo, vos lo único que haces es sacarte fotitos con las pelotudeces que te compro...¿Eso te importa solamente no?— Pregunté tajante

Hace unos minutos atrás me había enterado que me había sido infiel.
Después de cuatro años de relación.

—Lo único que te importa es mi plata...¿O me lo vas a negar?— Pregunté —Yo te amo gala— Aclaré —Pero me lastimás mucho con tus actitudes de desinterés. Estoy cansado de dar vueltas. Me cansé de todo. Siempre te di todo de mi, te ayude con todo lo que necesitabas ¿y vos me pagas así?— Dije mientras metía mi ropa en mi bolso. —Despues te hablo para buscar mis demás cosas.— Finalicé para cruzar la puerta de su casa e irme caminando hasta la plaza.

Estaba mal.
Todo estaba mal.
Cómo siempre.

La persona en la que más confiaba se había convertido en mi enemigo más grande.
La persona que amaba con todo mi ser.

No había nada peor que dedicarle el tiempo y el amor a alguien que no lo merece para nada. Me quería morir, había perdido mucho tiempo en ella, quien nisiquiera se preocupa por mi.
Hace tiempo que me daba cuenta de que el amor no era recíproco, pero tengo que admitir que me costaba cortar el lazo, ya que ella estuvo desde mis inicios y me dolía.

—Ey flaco, cuidado— se escuchó cuando sentí chocar un cuerpo contra el mio...Me había metido tanto en mis pensamientos que disocié de la realidad. —dios— suspiró parándose del piso mientras se sacudía el short de fútbol de boca que tenía puesto.

—Perdon, yo...— Me quedé callado al verla cuando me miró.

Era una chica bajita, de ojos azules y pelo negro, con un aspecto bastante... desastroso...o bueno, no encuentro las palabras correctas para definirla...

Se la notaba mal.

—¿Que me miras así Gil?— Preguntó enojada

—Yo no te miro de ninguna forma— Traté de disimular que la estaba inspecciónando de arriba abajo.

Estaba llena de moretones, y estaba manchada con tierra las rodillas y la cara también, un poco.
Quizá estaba jugando a un partido.

—Si, me estás mirando despectivamente— dijo enojada haciéndome reír —¿Ah encima te reís?

—Para— dije dejando mi bolso en el piso —No te dije nada, loca— Me defendí pacíficamente

—¿A vos también te hecharon de tu casa?— Preguntó mirando el bolso azul y amarillo que estaba en el piso.

<<a vos también>>

¿A ella la habían hechado de su casa?
¿O que estaba insinuando..?

—¿Que?— Pregunté sin entender

—y si, andas con un bolso, y mírate la cara de pan triste que tenes— Se explicó haciéndome reír otra vez.

—¿Estás bien?— Pregunté todavía mirando sus moretones en el cuerpo

—¿Me vas mal?— Preguntó y yo suspiré, está mina era imposible. 

—Digo por tu...tu aspecto— Me sinceré mirándola de arriba abajo tratando de encontrar una respuesta a mi pregunta

—Si.— Contestó —Perfecta estoy, ¿No me ves?
¿De que aspecto hablás?

—Y la verdad que tenés tierra en las piernas, y un poco de barro, y muchos moretones y también tenés un ojo marcado, como si te hubieses agarrado a las piñas fuera del boliche— Expliqué —y acá también tenés tierra— Dije queriendo limpiar su cara con mi mano pero ella cerró rápido los ojos al ver que Levante mi mano.

—No me hagas nada— pidió pero con un tono de voz distinto, todavía con sus ojos cerrados.

Su tono de voz y sus expresiones habían cambiado al instante, de ser una persona más suelta y segura, se volvió todo lo contrario, ahora estaba asustada.

—¿Que?— Pregunté y ella me miró —te iba a limpiar acá— dije poniendo mi mano encima de su mejilla, sintiendo lo fría que estaba su piel, para limpiar

—Que haces— volvió a estar arisca y sacarme la mano bruscamente —Flaco, no me toques, no te conozco.— dijo para sentarse en el banquito que había al lado nuestro, y sacar un celular que estaba con toda la pantalla estallada.

La verdad que si, la situación era bastante rara.
Suspiré y mire cuánto faltaba para que llegara el Uber, unas pares de cuadras.

—Mateo.— Dije sentandome al lado suyo, mirándola, ella giró un poco la cabeza para mirarme confundida —Me llamo Mateo.

—Si ya se quien sos.— dijo desinteresada para mirarme de arriba abajo —¿Te pensas que vivo en un tupper?— Preguntó ofendida.

—Uh loca, para un poco, estoy siendo copado.— dije cansado

—Pero no te lo pedí.— dijo mirandome y ella giró los ojos al ver que no pensaba irme
—Me llamo Amai.—

—¿Amai? no será Amaia?

—No. Amai.

—¿y como te dicen?

—Dios, sos más tarado de lo que pensé. Amai me dicen, o Mai.

—¿Ah o sea que ya tenías una mala imagen de mi?— Pregunté haciendome el ofendido

—Y...no tenes una buena fama como persona.

—¿Ah no?...¿y que pensas de mi vos?

—Que sos igual de boludo que tus amigos.—
dijo haciéndome reír

—Esta bien, no me conoces.

—Si te conozco, sos trueno, el famoso y el chabón por el que se mueren todas las minas— dijo haciendo una voz rara, haciendome reír devuelta, al menos me había olvidado un poco lo de gala.
—No entiendo cómo te reís y no me mandas a cagar

—No hablo de que me conozcas como artista.— dije levántame del banco porque el Uber había llegado —Hablo de que no me conoces como Mateo.— Dije sacándome el camperón que tenía, había empezado a llover y ella estaba en remera. —Chau, ojitos— Reí al ver su cara de confusión ante al apodo, le dejé mi campera al lado suyo y caminé hasta la puerta del auto —Ojala nos volvamos a cruzar. Voy a venir más seguido a ver si me cruzo con otra desquiciada que me haga reír— Finalicé sacándole una sonrisa, que por primera vez podía ver.

—No va a pasar, que pena.— Dijo con su cara neutra y agitando su mano

Ojalá esas palabras de Amai hubiesen sido ciertas...ojalá Mateo y ella no hubiésen pasado por todo lo que tuvieron que pasar de ahí en adelante.
Ojalá la hubiese conocido en otra momento de su vida, pero no.
La había conocido en su peor momento.
Y Mateo había llegado a la vida de ella para mostrarle lo que era ser amada por un hombre...le iba a mostrar que quizá sí valía la pena seguir estando y aguantando toda la mierda que tuvo que pasar toda su vida.





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hola, la estoy resubiendo (van haber algunos cambio muy pequeños igual)

Amai | Trueno [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora