Encuentros afortunados.
Mateo.
Dos semanas después—No, tarado. Desde esa última discusión no hablé más con Gala. Siendote sincero...la extraño, y mucho— suspiré —Me aguanto las ganas de no responderle, pero no puedo ser tan pelotudo de volver a hablarle. Hace dos semanas que no se nada.— Le conté mientras Camilo me pasaba el porro
—Y bueno amigo, pero vas a tener que aguantar, te hizo las mil y una.— Me respondió él, mientras cruzabamos la calle.
queríamos comprar algo, pero fue en vano, porque había mucha gente en al calle y se escuchó un grito de una voz femenina al verme, y empezó a gritar mi nombre y todos empezaron a acercarse para pedirme una foto. Aunque ya todos me conocían siempre me recibían así en mi barrio.
—Trueno, una foto!
—Aca Mateo!— decían y gritaban, y yo los recibía a todos con una sonrisa.
Camilo se rió y se alejó un poco mientras yo agarraba los celulares y me sacaba fotos con las personas que me rodeaban en la calle.
—Ey, ey paren— dije al ver a un nene más chiquito que lo estaba empujando —Hola enano, todo bien? Cómo te llamas?— Pregunté sonriendo y agachandome a su altura
—Me llamo Nereo— Contestó —Tengo siete— sonrió y tenía los ojos un poco llorosos.
¿Realmente alguien sentía tanta emoción al verme?
Verlo así con una cara de felicidad inmensa me hizo sonreír. Lo alcé y lo dejé con Camilo, y le dije que me esperara ahí, me terminé de sacar las fotos y me acerqué devuelta a la vereda.—Este enano es re capo, me calló re bien— comentó Camilo cuándo me acerqué
—Sos muy chiquito para andar solo por acá...¿Tus papás?— Pregunté mirándolo
—Ese fuma mi padrastro— dijo viendo el porro que Camilo intentaba ocultar detrás de su cuerpo, y se lo arrebató de la mano
—No, que haces— dijo Camilo sacandoselo rápido
—¡Nereo!— Se escuchó un grito atrás de nosotros —¿Qué haces pelotudo de mierda, tiene siete años y le ofreces porro? Sos enfermo!— dijo un cuerpo de mujer poniéndose enfrente de Camilo, con un camperón de boca, y con la capucha puesta
—¿Vos querés que yo te parta la cabeza?— Preguntó alterandose, la chica que estaba a espaldas mío.—Ey, para— dije agarrándola del brazo para darla vuelta —Tu hermano se lo saco y-
—Y que carajos te metes vos pelotudo, vos también querés que te cague a trompadas?— Se dió vuelta a mirarme y los dos nos quedamos callados al vernos
—Amai— Recordé su nombre, con una sonrisa, estaba con la campera que yo le había regalado hace exactamente dos semanas atrás
su cara de enojo cambió al verme, sus facciones se relajaron —Mateo— dijo confundida al verme, claramente no se esperaba volver a encontrarme.
Yo estaba por hablar pero su hermano interrumpió —Ami, no me quiso dar, yo agarré el cigarrillo porque quería ver si era el que fuma Darío— acotó Nereo y Amaia lo miró y suspiró
—¡Cuántas veces te dije que no salgas corriendo cuándo estás conmigo! mira si te pisaba un auto, dios— suspiró estresandose —Perdon.— Se dirigió a Camilo que todavía tenía cara de miedo, se había asustado el pelotudo.
—¿Que haces por acá, vos?— Pregunté —Te queda fachera eh— Sonreí agarrando un extremo de la campera que tenía puesta
—Vivo en este barrio.— Respondió sin ninguna expresión —Si...y gracias por darmelo— Agradeció pero su mirada estaba rara, es como si ella estuviese vacía, su mirada no me transmitía nada.
Nisiquiera se esforzaba en fingir emoción al haberme cruzado.
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Amai | Trueno [Resubiendo]
RomanceSus ojos azules me volvían loco, cada vez que la miraba intentaba descifrarla, pero era tan arisca que no dejaba que me acercara a ella. Hasta que un día sin darnos cuenta habíamos agarrado más confianza de lo que habíamos pensado. Ella tenía un pa...