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Amai.

—Ya lo quiero conocer— Dijo Nereo feliz mientras yo le daba ropa para que se cambiara.

Yo sonreí a medias al verlo tan emocionado, me daba un poco de pena, saber que no se lleva bien con nadie tan solo por el barrio en el que vivimos.

Agarré mi mochila y metí algunas cosas para después terminar de peinarme, me hubiese encantado estar más decente y plancharme el pelo, pero no se podia ya que no habia luz, gesto hermoso de mi mamá, de no gastar la plata en eso y gastarla en droga.
Gracias al cielo hoy tenía bien el pelo, un poco rescatado, la verdad que un poco de vergüenza me daba ir a lo de Mateo.

Se preguntaran, porque te daría vergüenza pedazo de idiota, bueno, porque no se que vamos hablar, no soy fácil de sacar una conversación, yo trataba de ser más amable con la gente pero a veces no podía, supongo que era algo que desarrolle mientras fui creciendo y mientras más me iban decepcionado las personas más seca y menos charla podías sacar conmigo.

No sé que se le habrá cruzado por la cabeza de invitar a Nereo para que conozca a su hermano, la verdad me sorprendió bastante, pensé que era un conchudo por ser famoso y no era tan así.

Tampoco quería que Nereo se encariñé con el, realmente estábamos cansados de poner todo en una relación de amistad y que al final del día nos dejen tirados.
Tampoco quería que Mateo se haga amigo mío, no quería que el sepa todas las cosas por las que pasé y que sepa la familia del orto que tengo, me daba vergüenza.

Me puse las zapatillas y salimos de la casa de Dario, el novio de la que se hacía llamar "Mamá"

—Tengo mucha hambre, Amai.— Dijo  mirándome mientras estábamos enfrente de la parada del bondi, ya que estábamos en un kiosco hacíamos la fila para cargar la sube.

—No tengo más plata Nere— Dije mirándolo —Solo me queda para cargar el bondi— Murmuré mirándolo, realmente toda la plata que tenía la habíamos gastado en las comidas y merienda de ayer y ahora solo tenia mil pesos, de pedo nos alcanzaba para  ida y vuelta a casa.

—Pero desde anoche no comemos Ami.— Murmuró con un poco de lágrimas en sus ojos, haciéndome sentir muy mal.

Realmente teníamos una economía de mierda, una familia de mierda. Todo muestra vida era una mierda.
Mi mamá nisiquiera nos daba plata, andaba drogada todo el dia y yéndose por ahí a las altas horas de la noche con Darío.
Ese chabón también era una mierda, no sumaba nada.

—Es que no podemos ir caminando Nere, te juro que...— me quedé callada al ver que se le cayó una lágrima haciendome que mis ojos se llenen de las mismas.

lo iba tener que hacer de nuevo, no quería pero no podía ver a Nereo así.
Agarré mi celular y abrí el chat con Darío

Dario

Hola, cómo estás?
Dario me podés pasar plata?
Porfavor, es urgente.
Después vemos cómo arreglamos..

hola bombón
ya te paso, pero mira que te
va costar caro bonita

A los dos segúndos me llegó una notificación de una transferencia suya.
Me había pasado cinco mil pesos.

—¿Que querés para comer nere?— Pregunté mirándolo, su sonrisa se ensanchó al segundo

—Lo que nos traía papá siempre que volvía del trabajo— dijo con sumo entusiasmo, clavándome otra estaca en el corazón.

Al llegar nuestro turno le pedí que me cargue tres mil pesos en la sube y le pedí un sánguche completo de milanesa, que años anteriores cuando mi papá estaba presente nos compraba, antes de irse a la mierda, desaparecer así como si nada y dejarnos con la mamá adicta que nos había dado la vida.

Amai | Trueno [Resubiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora