- Parte 4.

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—Vamos Hyun, no puedes quedarte aquí toda tu vida    - habló Minho, terminando de acomodarse su camisa escolar.

—No quiero hacer nada - habló el alto, aún acostado en la pijama del pálido y con la almohada sobre su cara.

—Salir te va a distraer un poco, vamos a la escuela y después vuelves a encerrarte, pero llevas aquí metido desde el jueves - tomó su mochila y miró a su amigo que seguía sin pararse, tomó un suspiro y dejó su mochila nuevamente en el suelo para luego bajar a la cocina.

—No se ve para nada bien - dijo Jisung de momento, ya estando a la par de Minho.

—Claro que está mal - miró al menor. —El chico que ama lo dejo y se fue del país - buscó en una de las gavetas un paquete de ramen.

—Tu amigo está depresivo y, ¿Le harás ramen? - alzó una ceja con una sonrisa.

—Es lo único que puedo hacer y no quemar la casa - miró nuevamente al menor.

—Te diré que hacer, mmm, mejor un arroz con carne o una sopa

—Si quemo la casa es tu culpa Jisung - rió bajito junto al moreno.

Buscó lo que Jisung ordenó y comenzó a seguir las instrucciones del menor para hacer una deliciosa sopa de carne. Mientras la comida estaba los dos chicos hablaban entre si y reían por las bromas que Jisung le hacía a Minho, la estaban pasando bien.

Ya le faltaba poco a la sopa así que estaban sentados en el comedor aún hablando mientras esperaban que la sopa estuviera.

—¿Minho? - escuchó que lo llamaron, no era Hyunjin, o su padre, la voz era de una mujer, él sabía de qué mujer. No podía fingir no escucharlo, fue atrapado.

Incluso Jisung se preocupo porque él sabía que no quería que su familia se enterara que también podía ver los muertos, ya habían tenido esa conversación.

—¿Que cocinas? - interrumpió la voz masculina de Hyunjin al haber entrado a la cocina, llegó justo a tiempo. Minho rápidamente se acercó a la cocina.

—Te prepare unas sopas - sonrió y apagó la estufa.

—¿Tu? - miró a su al pálido con una sonrisa burlona. —¿Y ese milagro que no quemaste la casa?

—Oye, sé cocinar - bufó y buscó dos platos hondos para así servir la sopa e irse a sentar al comedor.

Mientras hablaba con Hyunjin aún sentía la presencia de su abuela, aún sentía la de Jisung a su lado. Quería irse, no volver a esa casa por lo menos unas horas.

—Vayamos al centro comercial - dijo Minho. —Mmm, hagamos unas compras

—¡Uh!, las nuevas tenis en Foot Locker - dijo con emoción.

—Dios Hwang, no tienes ni espacio en tu clóset para más zapatos - rió.

—¿Que no me quieres sacar de aquí? La única forma es que me compres mis tenis - se cruzó de brazos.

—Si te terminas la sopa sí, si no, no

—Dios - bufó. —Pareces una mamá - rió para luego continuar comiendo.

En la siguente vida...¿Cierto?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora