Capítulo 2

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PdV. Kongpob

-¿Realmente esto funciona? – Pregunté para mí mismo mirando fijamente la pantalla del ordenador esperando a que me diera una respuesta. - ¿Cómo se puede encontrar el amor en una simple app?

Me levanté de la silla y caminé hacia la ventana para mirar los cálidos colores que empezaban a teñir la ciudad. Sin darme cuenta, me quedé perdido en el reflejo de la ventana donde me devolvía la imagen de la pantalla del ordenador. Lo estaba debatiendo mucho, y quizás por una vez, solo tenía que dejarme llevar, pero no quería volver a sufrir.

¿Realmente se encuentra el amor en sitios así?

Bueno, obviamente sé la respuesta a esa pregunta, pero quiero encontrar a alguien que me ame y salir conmigo. No quiero sexo casual, eso ya lo probé y realmente no va conmigo.

Suspiré.

Me giré y centré mi mirada en el ordenador. Volví a suspirar. Lentamente empecé a caminar.

- Creo que me estoy volviendo loco. Aunque supongo que no pierdo nada por intentarlo.

Volví a sentarme frente al ordenador, teclee con rapidez registrándome en la aplicación. A los pocos segundos, recibí un mail el cual leí con detenimiento el texto de las instrucciones.

- ¡Vaya! – Me sorprendí. – No creí que fueran tan serios. ¿A mano? ¡Mecachis! Ni que unos expertos grafólogos fueran a estudiar mi escritura.

Pero eso me dio confianza y seguridad, por lo que, con una sonrisa, imprimí el formulario, lo leí atentamente y respondí las respuestas con total sinceridad. Lo escaneé y lo devolví a la dirección de mail que ponía. 

En ese momento, el móvil sonó, asustándome por el fuerte timbre

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En ese momento, el móvil sonó, asustándome por el fuerte timbre.

- ¿Por fin te decidiste a enviar la solicitud? Ya era hora, estoy harto de escuchar tus lamentos de corazón solitario, esperando a encontrar al amor de su vida. – El tono de mi amigo sonó burlón como siempre.

- ¿Cómo sabes que lo envié? ¿Me espías? ¿Tienes una cámara en la oficina? – Miré alrededor de todo el despacho buscando algún indicio.

- Te he visto deambular tras la poco opaca cortina. Así que después de la conversación de anoche y después de pensarlo, por fin te decidiste a hacerlo. Estoy orgulloso de ti.

- No pierdo nada en intentarlo, ¿no? – Sonreí.

- Así me gusta, que seas un buen chico y hagas caso a los expertos. Ahora prepárate, empezarás a recibir montones de solicitudes...

- Pero, yo no quiero sexo casual, sabes que no me gusta.

- Lo sé, me lo has dicho muchas veces. Pero piensa que para encontrar el amor, tienes que conocer gente. Este no va a llamar a tu puerta diciendo: "Hola, soy tu amor verdadero". Además, no hace falta que te vayas a la cama con ellos, solo tienes que salir a una cita, a tomar una copa, a una cena y de aquí puedes decidir si quieres seguir viéndoles o no.

- Mmm... Supongo que tienes razón. Aunque si te soy sincero, no pensaba que la aplicación fuese tan seria.

- Ya te dije que te gustaría. Bueno, tengo que dejarte, tengo una importante reunión en media hora. - Y con esta última frase, mi amigo colgó.

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