Capítulo 8

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Un día después.

Ring. Ring. Ring. Ring.

- Buenos días.

- ¿En serio? ¿Otra vez, Kong? Realmente no... - Empezó a protestar cuando descolgó.

- Disculpe, creo que se confunde. No soy Kong, llamo en representación de la aplicación Love Match. ¿Es usted Arthit Rojanapat?

- Claro, ¿quién sino?

- Me comunico con usted para pedirle disculpas por las molestias ocasionadas, pero debido a que un virus afectó al sistema el pasado viernes, el programa empezó a enviar correos con citas al azar, llevando así muchas solicitudes por error, como fue su caso.

- ¿Qué? ¿Qué jodidamente quiere decir?

- Qué la cita que tuvo usted en el club el pasado viernes por la noche, no tendría que haberse llevado a cabo.

- Esto es una puta broma, ¿cierto? ¿En serio? ¿Qué clase de jodido juego es este?

- No es ningún juego, ni ninguna broma. Llevamos unos días arreglando el sistema y clasificando los mails que el sistema envió por error. Perdón la tardanza, pero son muchos correos y...

- Espere, espere, espere.... Déjeme explicarle... - Arthit empezaba a estar molesto. - Es muy temprano todavía, mi cabeza aún está adormilada y mi mente aún sigue durmiendo pese a que está hablando con usted, así que le agradecería que se dejara de tonterías y dejara de interrumpir mi sueño con absurdas pesadillas.

- Señor, disculpe, pero creo que no lo entiende. Bien, en unos minutos, recibirá un correo electrónico con la cita que tendría que haberse llevado a cabo el viernes pasado. En ella verá que hay una invitación a una cena, para usted y su acompañante, aunque solo será canjeable la suya. Gracias por su atención, que tenga un buen día.

Arthit se quedó pensando un momento cuando su teléfono sonó al recibir un correo nuevo. Cogió el aparato y entró en el mensaje recibido. Lo leyó con asombro y se dejó caer en la cama con una enorme sensación extraña.

- Eso quiere decir que hay que seguir adelante, Arthit, es hora de decir adiós a Kongpob. Te inscribiste para eso, para tener muchas aventuras, así que tu siguiente rollo te espera. – Sonrió, pero lentamente su sonrisa se borró cuando en su mente la cara del mayor apareció. – ¿Te habrán llamado ya, Kongpob?

🛜💻🛜💻

Arthit llegó al restaurante casi media hora antes de la hora acordada. ¿Por qué? Simplemente porque el restaurante estaba cerca del estudio de música donde ensayaba. Mientras caminaba hacia el restaurante, sacó el teléfono y miró la pantalla.

Nada.

Llegó relajado y tranquilo, le entregó al camarero la invitación, le siguió hasta el sitio y se sentó en el lugar asignado mirando la puerta. Sacó del bolsillo su teléfono y lo volvió a mirar...

Nada.

- ¿Hoy no piensas decirme nada? – Refunfuñó para si mismo notablemente molesto. – Claro, seguro que ahora estarás con tu adorada esposa ideal. Ese insoportable tipo que seguro que te espera totalmente desnudo, bueno, exceptuando su estúpido delantal rosa con flores y te recibirá con un aura inocente preguntándote si quieres cenar o cenarle a él. – Dijo mirando la pantalla del móvil para después dejarlo encima de la mesa. - ¡Idiota!

Se cruzó de brazos, y en ese momento, el camarero rompió su discurso cuando se acercó con un chico un poco más mayor que él.

- Sr. Rojanapat, su acompañante.

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