━━━━ En donde el hijo de Madre Gothel se enamora perdidamente de la hija de Alicia en el País de las Maravillas.
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En donde los seis descendientes de villanos que llegan al Reino de Auradon deciden darle una galleta de amor al hijo de Bella y Best...
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*•, and in the end, in wonderland, we both went mad .'˚ ༘✧
Las personas gritaron al ver el humo verde y escuchar la estruendosa risa, que una vez aterrizó, cayó en medio de los villanos y el Hada Madrina, dejando ver a Maléfica.
—¡Sorpresa! —gritó emocionada.
—No puede ser... —suspiró Mal. —No te quiero aquí, madre. —la miró con tristeza.
—Qué graciosa. —carcajeó. —Es muy gracioso... ahora, —se puso seria. —Dame la varita. Rápido.
—¡No! —gritaron Ben y Maddy suplicantes. Mal fingió que le iba a dar la varita a su madre pero la lanzó al Hada Madrina que no tardó en atraparla.
—¡Bibidi, babidi... ! —quiso lanzar un hechizo pero fue interrumpida.
—¡Bu! —terminó burlona Maléfica antes de alzar su cetro y petrificar a todos.
Los chicos giraron viendo las expresiones asustadas en las que se habían congelado los invitados. Ben estaba protegiendo a su madre y hermana a punto de gritar, Scott intentando proteger a ambas rubias y a la peliblanca y al Hada Madrina a punto de hacer su hechizo.
—¿Qué? —rió la emperatriz del mal caminado para quitarle los lentes al ahora ex Rey Bestia y morderlos. —Uy, en otros tiempos, en otros tiempos... —murmuró coqueta.
Emma hizo cara de asco viendo al Hada malévola, haciéndole soltar una risa.
—Si, justo esa cara puso tu mami al ver a Liam llegar junto a Alicia y su hermano, además de tu querida prima. —sonrió cínica dándome una mirada a las personas petrificadas. Seguido se acercó al Hada Madrina para quitarle la varita. —Oh, no, no, alguien debe cortarse el vello de la nariz. —picó la nariz del Hada con la varita. —¿Por dónde empezaré? —se colocó detrás de ella. —Lo tengo. ¿Por qué no empezamos deshaciéndonos de esto? —con magia le quitó el anillo de Ben a Mal. —¡Perfecto! ¿Verdad? —la pelimorada vió con tristeza a su madre. —Oh, no me mires así querida. De todos modos el niño Bestia te lo iba a quitar más tarde. —rió pasando por debajo del brazo del Hada. —Ah, perdóname, los cuernos, los cuernos.
Los descendientes se miraron nerviosos.
—¿Por qué se enamoran? —Maléfica desacomodó la corona de Ben. —Es ridículo, no es lo que tú quieres.
—¡Tú no sabes lo que quiero! —Mal se defendió. —Mamá, ¿alguna vez me preguntaste a mí que era lo que yo quería? Somos distintas.
