12.

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Caminaba casi arrastrando mi pie derecho, en cada paso que daba sentía que el dolor aumentaba. Poco poco empecé a visualizar la carretera, así que intente acelerar el paso en esa dirección dejando de lado el maldito dolor. Logré salir del bosque terminando por resbalarme cayendo a un lado de la carretera.

— Carajo. — solté al sentir dolor en mi tobillo.

Intentaba pararme cuando logré ver a Daryl unos cuantos metros alejado de mi, el ballestero sostenía su arma en una mano mientras miraba desesperadamente a todos lados. Al poder ponerme de pie logré que pudiera identificarme, se quedó parado un momento viendo en mi dirección tratando de averiguar si realmente se trataba de mi. Sin pensarlo soltó su ballesta y empezó a correr en mi dirección, mientras yo trataba de dar unos pasos con dificultad. No pude evitar que mis ojos se aguadaran  al poder vuelto a encontrar.

Daryl corrió sin detenerse hasta llegar directamente a abrazarme, sentía como me apretaba con fuerza hacia él como si quisiera que no me separara de nuevo de su lado.

— Daryl. — lo llame al enredarlo también entre mis brazos.

Daryl era tan solo un par de centímetros más alto que yo así que fácilmente tenía mi rostro escondido en su cuello.

— ¿Estás bien? — preguntó con total preocupación tomando mi rostro con ambas manos mientras lo analizaba a detalle.

— Me tropecé. — le confesé y puse mi vista en mi pie haciendo que él hiciera lo mismo — Parece que me esguince el tobillo.

— Mierda. — maldijo en voz baja — ¿Por qué tenías que hacer eso? — empezó a reclamarme — Te dije que me acercaría.

— Lo siento. — sostuve los brazos de Daryl con mis manos mientras la tristeza empezaba a nublar mi rostro.

Daryl me acercó de nuevo a él y empezó a acariciar mi cabeza con tranquilidad.

— No vuelvas a hacer eso, ¿de acuerdo?

Empecé a asentir con la cabeza solamente. Estuvimos un poco más en esa posición, hasta que pareció recordar que ahora estaba lesionada.

— Espérame aquí. — me indicó separándose de mi — Acercaré la moto para que no tengas que caminar.

— De acuerdo.

Daryl se aseguró de que estuviera bien antes de empezar a correr de regreso a la motocicleta. Con velocidad subió y la encendió llegando hasta mi.

— ¿Puedes subir? — preguntó una vez se estacionó a mi lado.

— Sí, no te preocupes.

Con algo de dificultad logré subir.

— Sostente fuerte. — me ordenó una vez me encontré sentada detrás de él.

Hice lo que me indicó y enredé su cintura con mis brazos y recostando mi cabeza sobre su espalda, pude sentir como se tensó al hacerlo, pero pocos segundos después empezó a relajarse poniendo en marcha de nuevo la motocicleta rumbo a Alexandria.

Las puertas de Alexandria se abrieron al ver que nos acercábamos velozmente. Daryl llevó la motocicleta hasta el frente de la casa, donde nos recibía un Rick molesto.

— ¿Dónde diablos estaban? — nos cuestionó mientras bajaba los escalones del pórtico.

Daryl apagó el motor justo cuando Rick llegó a nuestro lado. La molestia era evidente en su rostro, se paró a un lado de la motocicleta con ambas manos sobre sus caderas.

— Fuimos a cazar.

El viejo alguacil pasó una mano por su barbilla al escuchar la respuesta del ballestero.

LOYAL//The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora