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Eduarda estaba obsesionada ante lo que le dijo Patricia, ella quería que fuera su alumna y que aprendiera a luchar con el poder tetal, no imaginaba que fuera algo tan duro transformarse en mujer y tener unas tetas tan gigantescas, se resbalo una gota de sudor por su pecho, por sus brazos, por su frente.
Levanto nuevamente las pesas con sus tetas y escucho unos jadeos tras de ella, se giro de golpe y al girarse le dio en todo el rostro con las pesas que tenías atadas en sus pechos.
Berta vio aquello y se rio:
-Ves, José eso te pasa por asqueroso-Miro a Eduarda sorprendida-¿Qué estás haciendo?
Eduarda se quito las cuerdas de sus pezones y miro a su amiga:
-Soy una luchadora tetal-Miro a José que estaba tirado en el suelo dolorido-Lo siento tío, no manejo algunas veces el poder de mis tetas.
Berta cogió de la mano a su amiga para pasarla dentro de la casa:
-Vamos y te duchas, desayunamos y nos vamos a clase.
José se llevo la mano a la cara, que la tenia hinchada por el golpe:
-Valió la pena.
La directora Emma Roberts, estaba recibiendo a la nueva alumna en su despacho, quería hablar con ella antes que comenzara el primer día de instituto, miraba la foto de la chica y negaba con la cabeza, Ruth no parecía una adolescente ya que su rostro, sus tetas tan apretadas con una camiseta blanca era mas de una treintañera, esa chica estaba siguiendo los pasos de Eduarda desde que la vio en el centro comercial.
En los pasillos del instituto paseaba la nueva profesora de gimnasia, con su apretada ropa de deporte, marcando su cuerpo y sobre todo sus tetas, Patricia había conseguido entrar a trabajar en el instituto y ayudar a su nueva alumna, aparte de habías pasado algo de cera en su calva, para que brillara más.
