we can't be friends [ Tristán Lionés y tú]

Oscuridad, Luz y el Caos. - Meliodas Lionés.

"La era de luz y oscuridad terminará, y lo que nos espera es... bueno. Tú ya lo sabes."

Las palabras de mi padre antes de morir, no habían tenido tanto sentido en ese entonces, hasta hoy. Después de haber acabado con mi padre, la vida dentro de Britannia estuvo en época de paz... hasta que regresó la Deidad Suprema y volvió a recalcar las palabras de mi padre.

"La raza de las Diosas y la raza demoniaca están destinadas a matarse unos a otros por siempre"

No, no podía ser verdad. ¿Solamente seríamos los peones de la guerra entre Dioses? Debemos tener un propósito mejor para esto, me rehúso a que sea la vida en la que tenga que vivir Elizabeth y mi hijo.

― Ustedes no son quién para decidir cuál es el futuro de ninguna de las razas. ― exclamó King.

― Vete ya. Si continúas con ésta guerra absurda, e intentas hacerle daño a las personas que amo, tendré que pelear contra ti. ― exclamó Elizabeth poniéndose frente a su madre.

Estaba cansado de todo esto, tener que pelear para mi raza... pelear con STIGMA que era una mezcla de las 5 razas; y después ponerme en contra de los Dioses... mi alma no podía contenerlo más. Quería descansar de mi propósito de tres mil años.

Al menos, mi padre y la Deidad suprema ya no serían un problema.

― Su majestad ― entró Gilthunder haciendo una reverencia.

― Vamos pequeño Gil, no hay necesidad de ser correcto cuando estemos tú y yo solos.

― Lo siento, capitán ― carcajeó por lo bajo ― aún me es difícil, siendo que eres el Rey de Lionés. Pero, he venido a traer información que puede ser crucial para el futuro de Britannia.

― ¿Y, qué es eso tan importante?

― Se ha corrido un rumor sobre una profecía de cuatro caballeros, los cuáles serán los encargados de destruir la tierra. ― finalizó.

― Así que, finalmente lo que Bartra me comentó se hizo realidad. ― Gilthunder me observó confundido ― hace unos meses, Bartra me dio su premonición de dichos caballeros... y yo sé como son cada uno de ellos.

― ¿De qué hablas, Meliodas? ― preguntó con seriedad.

― El primero de ellos, será un chico de cabello verde como las alas de un pájaro. El segundo, es portador de la luz que caracterizaba a la raza de las Diosas y al mismo tiempo porta la marca que corresponde a la raza demoniaca. El tercero, es algo parecido al segundo; tiene el poder para transformarse en lo que el desee y tiene fuerza sobre humana. Y por último, pero no el menos importante; el cuarto caballero posee el poder del sol. ― finalicé con melancolía.

― Eso quiere decir capitán, que los primeros dos que sabemos quiénes son...

― Así es pequeño Gil, son mi hijo Tristán y mi sobrino Lancelot.