we can't be friends [ Tristán Lionés y tú]

¿Éste es mi pasado? - Tristán Lionés.

Hace un par de años, Lancelot y yo nos encontrábamos entrenando dentro de los jardines del castillo; yo me sentía muy feliz, ya que no quería decepcionar a mi padre... y estoy seguro que Lancelot al suyo tampoco. La batalla se estaba convirtiendo al pasar del tiempo algo intensa, sin embargo ambos manteníamos el ritmo sin parar.

Hasta que sucedió por primera vez, lo que siempre cargaré como una maldición.

MI sangre comenzó a hervir rápidamente, y mi vista se comenzó a tornar borrosa. "¿Qué es esto? ¿Por qué mi sangre se siente caliente? ¿A caso he hecho algún mal en mi vida pasada?"

― ¡Lancelot, aléjate! ― gritaba mi alma en su interior. Pero al parecer, no podía hacer nada.

Juro por la Deidad Suprema que no quería herirlo, no era mi intención. Pero al parecer mi sangre de Demonio no permitía que mi sangre sagrada hiciera nada. La cicatriz que le quedaría era horrorosa. Y lo odiaba, no quería cargar con el pecado de ser hijo de la oscuridad, y al mismo tiempo de la luz.

Sin embargo, ahí estaba ella. Siendo la persona que podía apagar el fuego de mi sangre demoníaca. Con simplemente tocar mi rostro, toda la ira que contiene mi descendencia se disipaba.

― Tristán ― susurró mientras tomaba mi rostro con sus manos tan suaves y delicadas ― no olvides quién eres. Eres Tristán Lionés, aquel que me raptará y me llevará en un viaje eterno a su lado, cargando el peso del amor que siento por ti.

T/N, siempre estuviste ahí... y siempre vas a ser la persona que salve a este pobre pecador de su horrible oscuridad.

― T/N, aléjate. No quiero hacerte daño. ¡No puedo controlar esta ira que siento! ― exclamé desesperado.

― Cariño, cálmate ― me acercó a ella y recostó mi cabeza en su pecho ― yo siempre estaré aquí. Siempre estaré contigo, no dejes que la oscuridad te consuma.

Sonará extraño, pero teníamos 12 años. Y aún así, no había nada que yo no fuese capaz de hacer por ella. A pesar de ser la aspirante a caballero sacro más fuerte de la generación, puedo jurar que cuando estaba a mi lado; era la doncella más frágil. Juraría que cualquier persona que quisiera hacerle daño, se arrepentiría.

Nadie tendrá el valor de tocarle si quiera un cabello a la mujer que amo. No mientras yo esté junto a ella.

Mientras T/N me calmaba, de reojo podía observar a Lancelot. Su mirada era algo extraña, no pude notar ni una pizca de odio hacia mí; pero si podía notar cierta decepción en sus ojos.

― Lo lamento, Lancelot. No quería herirte de esta manera, no puedo controlarlo...

― Mientras esté ella a tu lado, serás invencible. ― susurró Elizabeth, desde el balcón de su habitación.