Golpeo mi cabeza contra el tablón de anuncios y me quedo ahí, inmóvil por un momento, sopesando mis elecciones de vida.
"Te ves patética, ¿te sientes así?" No hace falta mirarlo para saber que está juzgándome como siempre. Puedo sentir la presencia de Ford incluso a kilómetros de distancia, es como un sensor que se activa cuando aparece en el radar. Tantos años de conocerlo es tanto una maldición como una ventaja, sé los lugares que suele frecuentar para no ir.
"Todo el tiempo," respondo en un suspiro. Volteo hacia un lado y lo veo comer unas gomitas de una bolsa plástica. Ama esas cosas, siempre me burlo que tendrá caries si continúa comiéndolas, pero su dentadura está tan sana que da envidia. Lo sé porque presumió de eso hace un año cuando se lo dije.
"¿Por qué no sigues tu camino como los demás y me dejas en paz?"
Se lleva una gomita a la boca. "Porque soy una buena persona."
"Sí, claro," bufo antes de emprender mi camino hacia los dormitorios.
"¿Qué sucede?" Se posiciona a mi lado, caminando junto a mí.
Lo miro por unos segundos, cuestionando sus intenciones. "¿Por qué te contaría mis problemas justamente a ti?"
Sonríe de lado. "Porque estamos trabajando juntos," responde, "creí que te sentías un poco más cercana a mí."
Suelto una risa sin gracia. "Eso no está nada cerca a lo que siento por ti realmente."
Se coloca frente a mí caminando hacia atrás y abre sus brazos. "Entonces pruébame."
Niego mirando detrás de él. El que no mire por donde camina me está poniendo nerviosa. "Te vas a burlar."
"¿No lo hago siempre ya? Creí que eras inmune a mí." Hago un sonido con mi garganta y me detengo, colocando las manos en mis caderas y respirando profundo para hacerle ver lo incómoda que me siento.
"Vamos, Morgan," me anima, "tu miseria es como mi néctar diario, no me niegues eso." Lo cierto es que no sé por qué termino sintiendo la necesidad de decírselo. Tal vez porque quiero que me deje en paz.
"Reprobé mi examen de conducir, de nuevo." Énfasis en de nuevo.
Su rostro se contrae y ahora quiero golpearlo para que deje de sonreír. "¿Reprobaste?"
"¡No te rías! Ya me siento demasiado mal," me quejo pasando de largo, dejándolo atrás. Sin embargo, no logro deshacerme de él.
"Los exámenes con el Sr. Richer son demasiado fáciles," comenta. "He visto a chicos más despistados aprobarlo a la primera."
"Gracias," le lanzo una mirada de molestia, "eso me hace sentir aún mejor."
"¿Qué pasó?" Suspiro nuevamente.
"Soy buena en todo menos estacionar en paralelo, es la parte más complicada."
Hace una pausa de unos segundos y tomo eso como que la conversación se terminó por lo que me adelanto pero vuelve a hablar. "¿Tienes clase ahora?" Pregunta. Me doy vuelta con lentitud, quedando frente a él.
"No hasta la tarde."
Ford asiente hace una seña con su cabeza. "Vamos."
"¿Dónde?" Da un paso hacia adelante y me toma del brazo, empujándome a caminar con él.
"No hables y sígueme."
Minutos más tarde nos encontramos cerca del campo de fútbol, más específicamente en el aparcamiento de ese lugar.
"¿Qué hacemos en el estacionamiento del campus?" Pregunto mirando a nuestro alrededor. El lugar está vacío de personas salvo el equipo de atletismo en la pista a unos metros de nosotros y los jugadores de futbol entrenando para el próximo juego. "¿Vas a continuar burlándote de mí mientras me enseñas tu auto y todo lo que no puedo hacer?"
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Siempre Tú © ✔
Teen FictionA cinco meses para su graduación, Rosie planea enfocarse en sus últimos exámenes antes de salir de la universidad como una adulta desempleada. Por supuesto, nada es como uno lo planea y eso involucra a un nuevo estudiante en el campus y de quien ca...