Capítulo VI

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Caminaron un par de cuadras hasta llegar a la casa de Yunjin, por lo que le había explicado, aún vivía con sus padres pero estos se encontraban en Estados Unidos por un viaje de negocios.

Entrar en ella le causó escalofríos, no podía creer la espontaneidad con la que se estaba comportando, de vuelta en Japón nunca habría aceptado una invitación tan repentina como esa.

Pero no se arrepentía, estaba feliz. Muy feliz de estar allí con Yunjin. Y muy halagada de que le haya confiado su espacio personal.

Que locura como puedes conectar tan bien con alguien en unos pocos días.

—¿Tienes hambre?

Preguntó Yunjin luego de dejar sus zapatos en la entrada y desaparecer en la cocina.

—Pues...

—¡No me mientas! —gritó, apareciendo su cabeza por la puerta.

Kazuha rió avergonzada, siguiendo los pasos de la rubia.

—No he comido.

—Tampoco yo, hagamos algo. ¡Uh! Podemos pedir algo también, y así comemos rápido, ¿te gusta la pizza?

—Sí.

Yunjin se detuvo a mirarla con dulzura, para luego tomar su celular y pedir la comida.

En cuanto termino comenzó a servir refresco para ambas y colocar los utensilios de la mesa en el living.

—¿Te gustaría ver algo mientras comemos, o estás bien con hablar?

—Sí.

—¿Cómo que sí, Zuha? —rió a carcajadas, la pelinegra no pudo evitar sumarse—. Estás muy tímida, ¿pasa algo?

—Bueno es que...

—Puedes usar tus manos para explicarme si deseas.

Kazuha sintió una ola de vergüenza bañar su cuerpo, ¿cómo iba a decirle que su cabello estaba todo sucio y que estaba tomado de esa forma por una razón? ¿Cómo pedirle prestado el baño, ropa, productos para ducharse, todo?

¿Por qué tuvo que haber aceptado con tan poca preparación?

—Ey... ¿por qué te ves tan incómoda? ¿Hay algo que te molesta? ¿Hice algo? —se acercó, acariciando sus brazos.

Que linda es Yunjin cuando se preocupa.

—Es que... mi pelo um —puso su mano en forma de puño y sobre su cabeza, imitando el sonido— shuuuuush.

shower?

—¡Sí! Needed a shower today, um... no tengo nada.

—Pero eso no es problema Zuha, yo tengo cosas, si no ¿Cómo crees que me baño? Tengo pijama extra también.

—¿No molestia?

—Para nada tontita, aprovecha de hacerlo antes que llegue la comida, deja ir a buscarte los implementos que necesitas.

—¿Imflenentos?

—Cerca. Im-ple-men-tos, es como decir herramientas, cosas, utensilios, ¿entiendes?

—Oh, entiendo.

Yunjin sonrió con amabilidad y desapareció con rapidez por las escaleras, a buscar los implementos de los que hablaba.

Pese a la vergüenza que la carcomía, no pudo evitar la curiosidad surgir y acercarse a los fotos familiares que reposaban sobre los muebles.

Podía verse el crecimiento de Yunjin a través de esas fotos, desde que era una pequeña cría con el cabello negro, hasta hoy con una sonrisa radiante y su cabellera rubia como el sol.

Salían sus padres y otra muchacha joven, quien asumió era su hermana. Un par de cachorros que salían en las fotos lamiendo su rostro, o bien mirando despitadamente a la cámara.

Kazuha sintió tierna alegría surgir desde su pecho, y cierta tristeza al recordar a su familia. Seis meses ya desde que no los veía, y cuanto le hacían falta.

No dejó que la tristeza la consumiera, después de todo estaba pasando un buen rato con la rubia ensoñadora.

¿La rubia qué?

Contrólate Kazuha. No puedes derretirte cada vez que encuentras atractiva a una chica.

Pero Yunjin no es una chica cualquiera que vió caminando en la calle, o una bailarina como Sakura a quien admira en cuanto a su talento... Yunjin tiene otra especie de cautividad.

Y es siempre tan amable con ella, tan divertida y servicial... tan bella a sus ojos.

Basta.

—Mira, encontré este pijama, pero considerando que estamos en pleno invierno, puede darte un poco de frío, si ese es el caso, me avisas y te consigo un chaleco o te ahogo en mantas, ¿te parece bien? —comentó mostrándole los implementos entre sus brazos—. Oh, también te traje esta toalla, la guardamos para los invitados, pero no te preocupes, está lavada y nadie ha venido a quedarse en un buen tiempo. Tambien tienes shampoo y acondicionador, son los que yo uso porque tengo el pelo más delicado, y pues... me lo dejan bonito. ¡Ah! El secador y la peineta están debajo del mueble del baño, hay un enchufe dentro, así que no te preocupes, deberías tener todo.

Kazuha se sintió un tanto agobiada por la cantidad de palabras de Yunjin cantó, pero gracias a las muestras físicas que tenía, fue capaz de entender la mayoría.

—Bueno, muchas gracias... es demasiado...

—Ni lo digas, eres mi invitada. Ahora ¡No tardes! para que no se enfríe la comida en cuanto llegue.

Tras eso, Kazuha desapareció entre las puertas del baño y comenzó a desvestirse.

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Don't Fly Away | Shinez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora