Estrellas, es lo último que recuerdo haber visto antes de dormir. Dormir, ¿eso es lo que hacía?, no, se supone que estoy muerta. El veneno invadió por completo mi cuerpo y morí. Entonces estoy en el infierno, ¿no?, pero ¿por qué el infierno huele a humedad?
Abrí mis ojos con rapidez analizando el lugar en donde estaba, mi corazón dio un vuelco al ver el parecido con una habitación de Haling Cove. Negué con la cabeza lentamente, Haling Cove no tiene hogueras. Una hoguera, y encendida... no estaba sola.
- Por fin despertaste – di un salto por el susto que me había dado aquella voz desconocida, ¿A dónde carajos se fueron mis instintos?, mi cuerpo reaccionó lo más rápido que pudo y tomó una roca del tamaño de un puño como arma y alce mi brazo con la intención de lanzársela. - ¿Qué harás con eso? ¿Lanzármela?
- Tal vez – el chico me observo por unos segundos antes de ir hacía a la hoguera y alimentarla con la leña que tenía consigo. Otra de las razones por las que me tengo que regañar a mí misma, olvidé analizar si tenía algún arma para usarla en mi contra. – Pude haber usado la roca no para lanzártela si no como apoyo para golpearte y dejarte inconsciente.
- Pero no lo has hecho – siguió centrando su mirada en el fuego ignorando completamente mi amenaza, arroje la roca al suelo sintiéndome un poco ofendida ante su ignorancia. – Y ahora tiraste tu única arma con la cuál defenderte.
- ¿Quién dice que no soy capaz de defenderme sin armas? – alcé mi ceja manteniendo si quitar mi vista de lo que hacía. Él lentamente volteo a verme de arriba abajo con una mirada de "¿En serio quieres que te lo diga?", causándome un suspiro de enfado.
- Tus moretones y tus heridas me dicen que no sabes cómo hacerlo – trate de lanzarle un gesto grosero con la mano, pero él ya había regresado su vista de vuelta al fuego, suspire de frustración y regrese al lugar en el que me había despertado sentándome en el suelo.
Había estado en silencio durante unos segundos hasta que me di cuenta de lo que menciono. Mis heridas...
Me revise con detenimiento cada una de las partes en las que sabía que me habían lastimado, pero, no había nada. Ni si quiera me dolían las costillas al respirar, miré con confusión al chico de la hoguera.
- ¿Tú me curaste? – él poso su mirada en mí y luego volvió a mirar el fuego.
- Si, no podía dejar que te fueras desangrando por ahí- Su tono de voz era serena y cortante, dejando que sus palabras volarán en el aire.
- Pero ¿por qué? Ni si quiera me conoces - susurré sintiendo una mezcla de sorpresa y algo de gratitud
El río con un dejo de sarcasmo - No soy un completo salvaje, ¿sabes? - se paró de su lugar moviendo su mirada en busca de algo. - No tienes que agradecerme, simplemente estaba haciendo lo que creí necesario. Se acercó a una esquina oscura de la cueva revelando una mochila que al parecer era de cuero desgastado y de este saco un saco de tela.
- Bueno, no lo iba a hacer... - respondí con calma observando cada uno de sus movimientos. Por unos segundos había quedado estático por mis palabras, parecía que las analizaba, resoplo y se acerco despacio dejando caer el saco frente a mí.
- Es pan y queso, lamento si no es mucho, pero, puedes comerte todo el pan si te quedas con hambre.
Asentí tomando la tela y destapando el pan a su paso. – Gracias - él simplemente asintió y sin decir nada más volvió a su lugar, pero ahora recostándose en el suelo. El crepitar del fuego llenó el espacio entre nosotros durante unos minutos que parecían muy largos.
Al dar el primer mordisco del pan había caído en cuenta que no había comido desde antes de iniciar mi misión y analizado mi estado, tal vez había pasado días de eso. - ¿Cuánto tiempo dormí?
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Un Credo de Oscuridad
FantezieUna oscuridad, una asesina, una promesa y una legenda... Terraria... un reino salvaje en la que humanos y criaturas míticas conviven en paz, con una maldición que jura su destrucción. Zif una asesina de otro mundo igual al nuestro, creada para la pr...