★彡 [ᴛʀɪꜱᴛᴇ ʟɪʙᴇʀᴛᴀᴅ] 彡★

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Mi despertador comenzó a sonar y poco a poco mis ojos se abrieron. Me levanté y seguí mi rutina habitual. Al terminar, fui a la cocina para preparar el desayuno antes de ir al trabajo.

Cuando terminé de limpiar, fui a saludar a mi madre y avisarle que me iba, pero al entrar a su habitación noté que no estaba, lo cual era inusual a esa hora. Supongo que podría haber salido a buscar drogas o algo así. En fin, mientras buscaba las llaves para cerrar la puerta, recibí una llamada de un número desconocido. Aunque normalmente no contesto esas llamadas, algo me impulsó a hacerlo, así que lo hice, solo para recibir la triste noticia de que mi madre había tenido un accidente fatal.

Aunque ella nunca se preocupó por mí, aún así, salí lo más rápido posible hacia el lugar indicado. Después de todo, sí la quiero...

Bajé por el ascensor y salí corriendo sin pensarlo dos veces. Me tomó cinco cuadras llegar hasta allí, solo para encontrarme con la impactante imagen de mi madre tirada en el suelo, con la mitad de su rostro desgarrado y cubierto de sangre.

Aparté a la gente que la rodeaba para darme espacio, dejé mis cosas en el suelo y me arrodillé frente a ella.

—¿Ya llamaron a la ambulancia? —Pregunté a uno de los presentes mientras sostenía el rostro de mi madre con tristeza—

—Sí, pero aún no ha llegado.

Aunque las lágrimas no fluían, mi tristeza era evidente en mis ojos y en mi piel pálida y fría. Al final, ella me tuvo, a pesar de todo.

Unos 20 minutos después, la ambulancia llegó y se la llevaron lo más rápido posible.

—¿Algún familiar de la herida? —Preguntó uno de los paramédicos mientras la subían a la ambulancia—

Dudé un poco, pero al final me identifiqué.

—Aquí —dije levantando la mano y acercándome a él—

—¿Su nombre?

—T/n Martínez.

—¿Qué parentesco tiene con la herida?

—Soy su hija.

—Perfecto, la veremos en el hospital central. Que tenga buen día.

—Gracias —respondí con una sonrisa fría.

Varios de los presentes se ofrecieron a llevarme, pero rechacé todas las ofertas. Quería ir sola y pensar en el camino. ¿Qué había pasado? ¿Por qué había pasado? Y otras preguntas resonaban en mi cabeza...

El camino se hizo largo y la sangre de ella aún estaba en mis manos, brazos y ropa. No me la había limpiado, ya que con sus fluidos me sentía cerca de ella.

Llegué y me atendieron en recepción, haciéndome las típicas preguntas de identificación. Antes de darme el pase a la sala de espera, me ofrecieron limpiarme, pero rechacé la oferta y me dirigí a una silla para seguir reflexionando. ¿Qué estaba pasando en mi vida últimamente? ¿Por qué a mí?

Mis expresiones eran serias y secas. No podía evitar sentirme así.

Las horas pasaban y no había noticias sobre el estado de mi madre.

Cuatro horas después...

—¿La señorita Martínez está disponible?

Escuché que me llamaban y me levanté.

—Aquí estoy.

Estaba pálida y mis manos temblaban. No presentía buenas noticias.

—Buenas tardes, señorita Martínez. Soy el doctor Rodríguez. Lamento profundamente tener que darle esta noticia, pero su madre lamentablemente falleció. Lo siento mucho. Hicimos todo lo posible, pero no pudimos salvarla. Entiendo lo que está sintiendo en este momento. Su madre era una mujer admirable y valiente. Por favor, sepa que estoy aquí para brindarle apoyo en lo que necesite. Tómese su tiempo para procesar esto. Estoy aquí para ayudarla a atravesar este difícil momento. Mi más sentido pésame.

★彡[ɴᴏ ᴛᴇ ᴏʟᴠɪᴅᴇꜱ Qᴜᴇ ꜱᴏᴍᴏꜱ ᴀᴍɪɢᴏꜱ (ᴀʟᴇ ᴡᴀɴɢ x ᴛᴜ)]彡★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora