8. Mineliar

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Un tiempo desconocido ha pasado desde la reunión entre Gaia Y Lishar, ¿1000 años? ¿10 mil? ¿Quizás 100 mil? ¿O quizás aún más?

Durante este tiempo los humanos que estaban al borde de la extinción por varias fuerzas invasoras no solo lograr estabilizare, pero con el tiempo dieron la vuelta a la batalla y finalmente invirtieron las tornas logrando una victoria absoluta y eliminando a sus enemigos de una vez por todas, incluso logrando expandirse por primera vez en su historia.

Sin embargo, el precio no fue pequeño, los humanos literalmente tuvieron que renunciar a parte de su humanidad para adquirir una nueva identidad y cargaron con lo que eso conlleva...

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Aldea Flora Verde, en una noche oscura y tormentosa.
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"¡¡Haaag!!" un grito angustiado lleno de dolor.

"¡Du-Duele mucho!" Una joven de aparentemente poco más de 20 años hacia todo lo posible para mantenerse consciente tratando de superar el dolor del parto mientras un hombre fuerte y un anciano la sujetaban.

"¡Tranquila Silvia, superaremos esto! ¡Tú puedes hacerlo! ¡No solo tendrás nuestro hijo, pero también viviremos una gran vida juntos, una plena y feliz!" El hombre trataba de mantener la compostura mientras animaba como podía a la mujer, pero sus emociones lo traicionaban con un cuerpo tembloroso y unos ojos cristalinos con lágrimas al borde de desbordarse, su mente en un completo caos.

El anciano cambiaba su mirada entre su hijo, la mujer y la anciana que estaba en la zona baja ayudando y dirigiendo en el parto, finalmente solo dio otro suspiro lleno de ansiedad...

Por alguna razón las mujeres dentro de su familia no han sobrevivido al parto durante las últimas 3 generaciones, 4 si esta vez también fallaban, una situación demencial que ha llevado a la gente a pensar que estaban malditos, ya era un milagro que su hijo, Víctor, lograra encontrar a una mujer dispuesta a correr el riego por él, pero incluso para una mujer tan fuerte y salvaje como lo era Silvia la maldición parecía insuperable, ¿Realmente ha caído una maldición sobre su familia Mineliar? ¿Porqué? ¿Qué hicieron? Solo podía gritarle a dios en busca de una respuesta...

"¡Waaaaa... waaaa... waaa..." De un momento a otro mientras el anciano rezaba tanto como podía y conocía, un llanto se escuchó, este llanto era como el canto de los ángeles y aullido de los demonios en sus oídos, era un asunto tan feliz como trágico en su vida, era una situación tan desesperanzadora como ensoñadora, que más podía decir, era un intercambio entre la vida de sus nueras por la de sus nietos, un triste pero real disparate del destino.

"¡Fi-finalmente salió, mi hijo, nuestro hijo! ¡Víctor!" La mujer ignorando la enorme cantidad de sangre que salió de sus partes y el inmenso dolor que la acompañaba simplemente se llevó al niño bien envuelto en una pequeña manta a sus brazos, llena de amor y ternura, todas sus dudas y arrepentimientos por haber tenido este hijo se fueron como el viento en el momento que lo vio, el momento en que tocó esas delicadas y diminutas manos.

Mientras disfrutaba del calor de su hijo su mente se sintió cansada y pesada, en blanco, un enorme sueño se apodero de ella cuando sus ojos empezaron a cerrarse.

"Víctor, cuida de nuestro hijo... Kakarotto, le di ese nombre en honor al ancestro... Y se feliz... Adiós" con esas palabras la mujer cerró los ojos antes de "dormir" con una sonrisa.

"Si... ¡¡Silvia!!" Víctor, lejos de estar feliz grito lleno de dolor, su mujer, a la que tanto amo, entro en un dulce, pero laaargoo sueño del que no despertaría, quizás soñando con la vida que podría tener junto a su familia, o quizás en otro sitio mejor, quien sabe...

Víctor ignoro por completo al pequeño que también entro en un llanto mientras hacía lo posible por acercase a su mujer quien estaba "Dormida", pero su padre, el anciano, no lo dejaba moverse hacia ella, no quería que su hijo hiciera algo estúpido mientras la anciana hacia lo posible por detener la hemorragia, su familia era muy pobre y estaban muy alejados de la sociedad moderna, tanto es así que no podían permitirse llamar a un médico para aumentar las probabilidades de supervivencia, los médicos certificados eran muy caros y arrogantes en su trabajo, solo podían permitirse a médicos ambulantes y no certificados, como la anciana que era famosa en todo el pueblo por asistir cientos de partos con una gran tasa de supervivencia.

The New SaiyajinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora