Capítulo IV

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La conferencia de prensa fue un éxito, no esperaba menos de Camille y su impecable organización, si los periodistas cumplian su palabras Don Berd no tendría que preocuparse de tener personas acechando el lugar.

Pensé en la cantidad de cosas que sucedieron desde que llegué y era impresionante como pasaba el tiempo, lo cual me recuerda que mis maletas aún no llegan. Esa estúpida aerolínea no me da mis cosas.

Sabía que Camille se estaba encargando del asunto, pero me frustraba no tener toda mi ropa aquí.

Me tranquilice para no seguir el día de malas, suficiente estrés pase durante todo el día. Mejor me daría una ducha y saldría a cenar, eso sin dudas me relajaría.

(...)

Las opciones de atuendos eran muy limitadas, me rehusaba a seguir comprando ropa cuando aún tenía bastante, solo que no estaba aquí, opte por un vestido de tirantes color rojo vino, acentuaba mi cuerpo haciéndolo lucir más voluminoso de lo que en realidad era.

Para el maquillaje y cabello no me complique demasiado, recogí mi pelo en una coleta bien alta y coloque mi maquillaje de cada día cambiando únicamente el labial por uno a juego con el vestido.

Una vez lista, me miro frente al espejo para observar que todo esté en su lugar; una vez que corroboro todo bajo en busca de Brien. Al llegar al recibidor lo vi sentado en uno de los sillones leyendo el periódico.

A mi izquierda podía sentir la mirada de alguien calando mis huesos, gire para ver de quien se trataba y no era una sorpresa que se tratase de Giacomelli. Su mirada me inspeccionaba desde las puntas de mis pies hasta mi rostro. Su expresión era completamente seria.

-¿Se te ofrece algo? -pregunté directamente.

-No. buena velada.

Su tono estaba cargado de una energía que no lograba descifrar. No quería dar más vueltas al asunto, así que di por finalizada la conversación.

-Bastien, vayámonos.

Salí del edificio sin mirar hacia atrás, aún podía sentir la mirada de Giacomelli en mi espalda, era como una llama quemándome. No le daría el gusto de voltear. Subí al auto y marchamos al restaurante, tenía muchas ganas de salir a cenar y darme un momento para mí, para reflexionar sobre lo que estaba sintiendo.

Mudarme momentáneamente a este lugar, estaba siendo más agotador de lo que pensé y no me refiero a lo físico, emocional y mentalmente estaba demasiado cansada, las nuevas emociones que estaba sintiendo me hacen sentir agobiada.

Preste atención a las luces de la ciudad y como los antigua faroles se llevan todo mi interés, me recordaba a las comedias románticas y como si el universo me estuviera escuchando, al parar en un semáforo pude observar a una pareja tomada de la mano, se detuvieron frente a un gran ventanal.

Sonreí al ver que era una pantalla de las pasarelas de Zaharie. Mi última colección.

Oh por dios, el chico acaba de arrodillarse frente a ella, bastante estaba a punto de acelerar, pero la curiosidad me mataba, quería saber la respuesta de la joven.

-Espera, no avance aún, mira a tu izquierda.

Vi el reflejo de mi chófer por el espejo retrovisor, tenía una sonrisa enorme en su rostro. Por lo poco de su vida privada que conocía, era todo un romántico y esta comprometido con su esposa.

De nuevo mi atención fue a su pareja al escuchar un grito de emoción. Se ve que la muchacha había aceptado, tenía una gran sonrisa en su rostro, miraba con entusiasmo al muchacho frente a ella.

Un boleto a ParísWhere stories live. Discover now