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TaeHyung limpiaba constantemente el sudor de sus palmas en sus jeans mientras esperaba sentado en una mesa de la cafetería a donde se iba a ver con el alfa castaño.
Escuchó un tintineo proveniente de la puerta del establecimiento indicando que un cliente había entrado y volteó a esa dirección.
JungKook entraba con una pequeña cajita en la mano y una gran sonrisa hacia TaeHyung quien se sonrojó bajando la vista a sus manos temblorosas.
— ¿Llego tarde? — Preguntó el castaño tomando asiento frente al omega.
TaeHyung negó con sus palmas hacia él — Llegas justo a tiempo, creo que llegué muy temprano.
JungKook rio con ternura al notar el nerviosismo de TaeHyung, pues él estaba igual, o quizá más nervioso que el omega.
— ¿Ya ordenaste algo? — Preguntó JungKook dejando la cajita de color azul terciopelo en la mesa.
— Te estaba esperando — Confesó el omega con timidez.
JungKook sintió su cara enrojecer — Entonces ordenemos algo.
TaeHyung le extendió una de las dos cartas que le había proporcionado una mesera antes de que el alfa llegara.
— Los pasteles de chocolate son los mejores aquí — Comentaba TaeHyung apuntando en su carta — Pero los que tienen fresa también son muy ricos.
Mientras tanto, JungKook observaba con una pequeña mueca lo que había en el menú, pues él no era de las personas que amaban comer cosas muy dulces.
Cómo las rebanadas de pastel de chocolate y fresa de las que TaeHyung hablaba maravillas.
— JungKook — Llamó TaeHyung dejando su carta en la mesa.
— ¿Qué dijiste? — El mencionado parpadeó confundido hacia el omega sin haber comprendido la oración anterior a que lo llamara.
TaeHyung apretó sus labios manteniendo su ceño fruncido — Dije que si quieres podemos ir a otra cafetería.
JungKook abrió sus ojos, sorprendido — ¿Por qué?
— Tengo la ligera sospecha de que no te gusta lo que venden aquí — TaeHyung hizo un pequeño puchero bajando la vista hacia su regazo, pues era su lugar favorito y quería compartirlo con el alfa.
Fue entonces que JungKook pudo admirar por cortos segundos sus largas y tupidas pestañas de color oscuro pero brillante. También notó que no llevaba el vendaje en su nariz.
— ¿Ya no tienes que usar tus vendas? — Preguntó, olvidándose momentáneamente de lo que había dicho TaeHyung.
— Aún tengo que utilizarlas — Respondió el omega mirándolo a los ojos — Solo que como venía a la cita contigo, compré vendas que casi no se notan — Terminó de decir en un susurro manteniendo un gran sonrojo en sus mejillas.
