Medicamentos y tiritas para la nariz, junto a un folder con grandes radiografías y bastantes indicaciones del doctor, era con lo que regresaban TaeHyung y HoSeok a su departamento compartido.
— ¿Tienes hambre? — Preguntó HoSeok cuando llegaron.
TaeHyung negó dirigiéndose a la cocina para tomar un vaso con agua — Iré a mi habitación.
TaeHyung cerró la puerta detrás de sí suspirando. Dejó los frascos de pastillas que llevaba en una bolsa en su mesita de noche, sacando la receta y revisando que medicamentos le tocaban para comenzar a tomarlos.
Los siguientes días, fueron una gran tortura para TaeHyung, pues no podía comer nada que implicara hacer esfuerzo con la nariz, como carne o cosas muy duras; además de que tampoco podía tomar su jugo favorito con las pajillas, ni siquiera comer picante. Nada de helado o cosas muy frías, pues estaba más propenso a que obtuviera una infección o se enfermara de gripa.
Por otra parte, no vio a JungKook durante todo el tiempo que estuvo en el tratamiento, así que su lobo se encontraba en no muy buen ánimo, pues constantemente le gruñía para que fuera a buscarlo o se recostaba con las orejas gachas mientras aullaba de la inconformidad. HoSeok llegaba a verlo, pero el alfa simplemente le daba una pequeña sonrisa y hasta ahí.
A TaeHyung le tocaba consulta nuevamente. En el transcurso de su tratamiento había notado que realmente no podía percibir ciertos aromas que antes sí.
Llegó junto a HoSeok con Zitao para que lo atendiera, subió a la camilla y se colocó la mascarilla para los ojos.
El doctor beta tenía variedad de alimentos y aromas en frascos de vidrios con el propósito de hacer un test a TaeHyung y así, asegurarse de que podía oler de nuevo sin problema alguno. El doctor acercó uno a uno los diversos frascos a la nariz de TaeHyung, quien se encargó de oler.
— Menta — Dijo sin dudarlo.
— Muy bien, ¿y este?
— Café.
— ¿Bien? — Preguntó Zitao cuando TaeHyung no respondía con el alimento frente a su nariz
TaeHyung vaciló un poco, pues no sabía si estaba en lo correcto y no quería arriesgarse.
— ¿D-durazno? — Dijo en un susurro manteniendo las ganas de vomitar dentro de sí, necesitaba aprender a superar aquel aroma si es que quería verse de nuevo con JungKook.
— ¿Seguro?
— ¿Puedo olerlo de nuevo? — El doctor acercó la mitad del durazno a TaeHyung, quien olfateó con cuidado, sintiendo su cabeza doler — Sí, es durazno.
— Muy bien, TaeHyung — Apenas el beta lo confirmó, TaeHyung se sacó la venda de los ojos y corrió al baño del consultorio para vaciar su estómago.
Zitao lo miró con un suspiro y una mueca en la cara, pues eran ya varios años que el pobre omega pelirrojo tenía constantes vómitos debido al aroma, e incluso la sola idea de los duraznos. Tomó asiento en su escritorio, en lo que HoSeok ayudaba al paciente y escribió en la receta el nombre de un colega psicólogo, que seguramente lo ayudaría con su problema.
Por otra parte, JungKook había suspirado de alivio cuando al día siguiente despertó sin sentirse sofocado por su repentino celo y dio gracias a los cielos y a la madre luna de que los supresores habían funcionado de maravilla.
Desde entonces, JungKook se negó a acercarse a HoSeok, pues el omega castaño tenía ligeros toques de Kiwi que lograban marearlo y hacerlo sentir sin autocontrol gracias a que su lobo se había vuelto demasiado inquieto con respecto a eso.
Sin embargo, aún seguía viendo al lindo omega pelirrojo desde lo alto de los edificios donde le tocaba clases, quedándose embobado en la imagen de TaeHyung quien caminaba elegantemente cruzando la universidad.
Frunció el ceño cuando vio varias tiritas con vendas alrededor de su nariz y sintió a su lobo aullar de tristeza al pensar que se había enfermado.
— Cálmate — Le ordenó, sin embargo, su lobo aullaba haciendo sus berrinches de que quería al lobo del omega.
>> Ya sé, también quiero que esté con nosotros, pero necesitamos que se cure primero — Intentó tranquilizarlo — Nos lastimaremos si llegamos con él y vomita de repente por nuestro aroma.
Después de haberlo dicho, el lobo de JungKook se quedó sentado aún con un estado de ánimo decaído, al igual que JungKook, pues realmente querían al omega.
Ese día, llegó a su casa con toda la tranquilidad del mundo, pero cuando entró a su habitación, inmediatamente corrió hasta donde estaba su computadora y la encendió para comenzar a buscar en línea los síntomas que tenía.
— Solo espero que no salga algo parecido a "cáncer de alfa" — Dijo virando los ojos mientras recordaba aquella vez que se llevó un buen susto cuando buscó otro malestar.
>> ¿Por qué entré en celo cuando se me acercó un omega? — Habló en voz baja y para sí mismo tecleando en el buscador.
Los resultados fueron arrojados de golpe, dejándolo un poco confundido al ver tantos artículos relacionados con ese tema.
Se levantó de su asiento y caminó hasta su mochila donde tenía guardados sus lentes; se los colocó y comenzó a entrar en el primer sitio web que le daba buena espina.
"Es bien sabido que el celo de un alfa se puede alterar debido a un omega cuando este está entrando en su propio celo."
Era lo que decía el primer artículo que abrió y lo cerró rápidamente, pues aquel no era el caso que había sucedido.
Estaba bastante seguro de que TaeHyung no había atravesado ningún celo y que no había entrado en uno, pues durante todos los días el omega había asistido a las clases y era normal que a los omegas les tomara más días recuperarse de esa época.
Abrió sitio tras sitio, blog tras blog, vídeo tras vídeo. Se iba a dar por vencido decidiendo preguntarle a su mamá sobre el tema cuando un artículo le llamó la atención.
— "Tuve mi celo cuando un omega estuvo cerca, pero este no estaba en celo" — Leyó en voz alta y con una sonrisa lo abrió.
>> "Si este es tu caso, debo decirte, amigo alfa, que has encontrado a tu pareja predestinada" — Leyó mientras la sonrisa en su rostro se desvanecía poco a poco por la conmoción — Felicidades.
JungKook apartó las manos de la computadora, manteniéndolas en su regazo, sintiendo su corazón latir como caballo desenfrenado. Se levantó de golpe provocando que un ligero mareo se hiciera presente y corrió hasta su madre.
— Cariño, ¿qué sucede? ¿Estás bien? — Preguntó su madre preocupada.
— ¿Cómo sabes si alguien es tu pareja predestinada? — Preguntó con un nudo en la garganta.
— Bueno, con oler a tu pareja sabes que es esa persona. Pero en algunas ocasiones raras, el lado animal los llama y entran en celo cuando no deberían según sus calendarios.
Fue lo último que JungKook escuchó antes de caer al suelo de rodillas por la gran conmoción que le causaba aquello.
— Me estás asustando, JungKook — Su madre se arrodilló frente a él preocupada.
— Creo que encontré a mi omega, mamá — Dijo JungKook en un susurro mirando con ojos vidriosos a su mamá, quien mantenía una cara de sorpresa ante las palabras de su hijo.
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Peachy smell ✧ KookTae
Random❝ TaeHyung no soporta el olor a Durazno. JungKook huele a Durazno. ❞ ↬ Kook top, Tae bottom. ↬ Romance juvenil, omegaverse, fluff. ↬ Adaptación autorizada. ↬ Obra original por ©anya_pink_.