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JungKook suspiró con alivio cuando llegó a su casa y la encontró vacía

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JungKook suspiró con alivio cuando llegó a su casa y la encontró vacía. Subió a su cuarto prácticamente corriendo para después cerrar con fuerza la puerta detrás de sí, recargándose contra ella y colocando una de sus manos en el lado izquierdo de su pecho; justo en su corazón.

— ¿Por qué está pasando esto? — Preguntó hacia la nada, intentando calmar su agitada respiración.

Se alejó de la puerta después de asegurarse haberla cerrado con seguro y caminó hasta su cama en donde se sentó en la orilla de esta, tomando su cabeza con sus manos y manteniéndola contra sus rodillas.

— No se supone que debas de llegar ahora — Dijo en un gruñido sintiendo el calor corporal que desprendía quemarlo lentamente.

Se levantó de la cama tratando de mantener la calma; caminó un poco por la habitación tomando grandes bocanadas de aire para después sacarse la camisa que llevaba puesta, aventándola con brusquedad al piso y soltando maldiciones al aire, haciendo lo mismo con su pantalón y zapatos, quedando únicamente en calzoncillos.

Ingresó al cuarto de baño que había en su habitación y abrió la llave de la ducha, dejando que el agua helada mojara completamente todo su cuerpo mientras mantenía su frente apoyada contra las baldosas de la pared pensando en aquella situación en la que se encontraba.

Según sus cuentas, su celo tendría que haber llegado aproximadamente en dos meses. Suspiró cuando sintió el calor de su cuerpo intensificarse, su lobo se encontraba retorciéndose en su interior, queriendo saciar y liberar su dolor con un omega.

Específicamente con aquel omega pelirrojo, con aroma a kiwi y extremadamente lindo.

— TaeHyung... — Susurró con la voz tan ronca que resultaba desconocida.

Miró hacia abajo y negó con la cabeza al ver la pronunciada erección que levantaba la tela de los calzoncillos que aún llevaba puestos, como una tienda de campaña.

— No, JungKook — Se regañó con un gruñido gutural cuando quiso llevar una de sus manos para aliviarse.

Sacudió todos los pensamientos inapropiados que invadían su mente, apenas pensaba en TaeHyung y se dedicó a ducharse, esperando ahí mismo con el agua golpeando su espalda hasta que la oleada de calor se pasara un poco.

Salió de la ducha después de treinta minutos, rogando que su madre no lo regañara cuando llegara el recibo del agua, pues el tiempo que había pasado dentro era considerable.

Se colocó sus pantalones de chándal negros junto a una playera holgada de color blanco y bajó directo a la cocina para poder comer algo. Aprovechó a tomar una pegatina para escribirle a su madre la situación en la que estaba.

Preparó un sándwich junto a un envase de cartón con jugo de durazno para después subir a su habitación y poner el pestillo a la puerta. Tomó asiento en medio de su cama sin preocuparse de los trabajos y tareas pendientes para el día siguiente, pues tendría tiempo de hacerlos después.

Apenas terminó de comer, el calor junto con el deseo de estar con TaeHyung se volvieron a hacer presentes. Se metió dentro de sus cobijas cubriéndose hasta la cabeza mientras restregaba la cara en la almohada, lloriqueando por el dolor en su zona baja.

Poco a poco, comenzó a bajar una de sus manos hasta rozar con su miembro por encima de su ropa, enviando escalofríos por todo su cuerpo.

— TaeHyung... — Susurró antes de continuar con su trabajo para aliviar el dolor.


◇◆◇◆◇


Mientras tanto, TaeHyung llegaba a su departamento compartido con HoSeok, dejando caer su mochila en el piso del lugar, sin preocuparle en donde estuviera.

HoSeok había notado algo extraño en su amigo pelirrojo, algo que definitivamente tenía que ver con el alfa castaño y fortachón.

TaeHyung tarareaba una canción mientras se dirigía a la cocina buscando algo de comer. Una sonrisa se formó en su rostro al pensar en el alfa junto a un sonrojo inundar sus pómulos.

Para su mala suerte, HoSeok no despegaba su mirada de él, así que lo encaró parándose frente a él con una mirada dura.

— Me estás ocultando algo, Kim TaeHyung — Habló inspeccionándolo.

TaeHyung tragó pesado — Para nada.

— No te creo, dime qué pasó con JungKook — HoSeok se cruzó de brazos esperando una respuesta.

— N-No sucedió nada. — Tartamudeo un poco provocando que su sonrojo se hiciera más notorio.

HoSeok alzó una ceja — ¿Y pretendes que así te crea? Me dueles, TaeHyung.

— Hobi... — TaeHyung lo tomó del brazo apretándolo un poco.

— Pensé que nos teníamos confianza — Dijo HoSeok dolido — ¿Es tan difícil decirme que JungKook es tu alfa ideal?

— Sí — Respondió TaeHyung sin pensarlo — ¡No!

HoSeok lo señaló con su dedo índice mientras reía a carcajadas. TaeHyung lo miró mal, sintiendo su cara en extremo caliente.

— ¡No es así, HoSeok! — Refunfuñó TaeHyung golpeando el piso, son sus pies.

— ¡Lo has admitido a la primera, TaeHyung! — HoSeok continuaba riendo.

— ¡No estaba prestando atención! — Intentó excusarse, aunque sabía que era demasiado tarde para eso.

— No tienes por qué esconderlo — Dijo HoSeok limpiando las pequeñas lágrimas que salieron de sus ojos por reír tanto.

— Pero es vergonzoso — TaeHyung se cubrió la cara con ambas manos.

— Está bien, JungKook es un buen chico — HoSeok lo tomó de uno de sus hombros.

TaeHyung abrió los dedos de sus manos, dejando a la vista sus ojos — ¿Lo es?

HoSeok asintió — ¡Por supuesto que lo es!

— En ese caso... — El omega pelirrojo sonrió con timidez.

— Pero tienes que llamar a la clínica, TaeHyung — Recordó el más bajo.

— Es cierto, iré a hacerlo inmediatamente — Dicho eso, TaeHyung se dirigió a su habitación tomando su celular entre sus manos.

Buscó en uno de los cajones del escritorio que tenía removiendo algunos papeles hasta que encontró uno doblado y de color amarillo, en el cual venía escrito el número de la clínica a dónde asistía desde pequeño con un doctor de confianza.

Marcó el número con manos temblorosas, pues el hospital no era para nada de su agrado por todas las veces que tuvo que ir gracias a sus accidentes con los duraznos.

¿TaeHyung? — Preguntaron del otro lado de la línea cuando respondieron al tercer timbre.

— Hola, doctor — Saludó el pelirrojo.

Te he dicho que solamente me digas Zitao o Tao — Regañó provocando pequeñas risas en el omega.

— Necesito programar una cita, Doc... Zitao — Corrigió rápidamente.

¿Te sientes mal? — Cuestionó el doctor beta.

— No percibo el olor a durazno — Contestó TaeHyung obteniendo un silencio prolongado del otro lado de la línea.

Peachy smell ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora