"Cambio de la noche a la mañana"
Eso fue lo que todos pensaron al notar el cambio de actitud de Velea. En vez de ser dulce y aparentemente ingenua, la niña se mostraba callada, pero no tímida; fría, pero carismática; calculadora, pero encantadora. La pequeña tenía una capacidad mental fascinante, pero claro que nadie estaba consiente de ello, ni siquiera ella. Los únicos conocedores seguramente eran los dioses.
Una vez que la pequeña perdió a su dragón ella decidió enfocarse en el otro factor que ayudó a Aegon el Conquistador a reinar sobre los Siete Reinos.La política
La pequeña empezó a acompañar a su padre a la corte donde ella comenzó a interactuar con nobles de las casas más poderosas e influyentes de Poniente. Velea tenía un carisma singular para su corta edad y su nombre no tardó en ser conocido debido a sus magníficos modales y su chispeante y divertida personalidad. Su popularidad entre los nobles llegó a tal punto que a los nobles se les olvidaba que a pesar de tener el apellido Targaryen ella no era una princesa, y por esto se le empezó a conocer como "La Princesa Sin Corona" el primer apodo de muchos.
Su popularidad se basaba en simples charlas y chistes en la sociedad. Velea era bastante respetada considerando que sólo era una niña de 9 años de edad. Ella era bastante ambiciosa para su edad y eso no pasó desapercibido, pero no era como que Velea quisiera pasar desapercibida. Ella quería causar una impresión y su oportunidad estaba a punto de tocar a su puerta, la llave a su futuro.
Daemon y Velea iban ambos montados en Caraxes en camino a Casterly Rock ya que Daemon, por más que lo odiará, tenía que hablar de unos asuntos de estado con Lord Jason Lannister, la cabeza actual de la Casa Lannister.
- Velea escúchame bien, los Lannister no son de fiar. En cuanto lleguemos, tu guardia siempre en alto.- dijo Daemon con su vista fija en su lugar de destino.
La pequeña no dijo nada pero Daemon conoce a su hija, y el silencio fue la respuesta que el buscaba de ella.
Velea tenía un objetivo simple, agradar a los nobles de Poniente. No porque le gustara la atención o popularidad de algún tipo, aunque si disfrutaba ligeramente la atención. Su razón era simple, conexiones que eventualmente se convertirían en poder para ella. Velea solo tenía un obstáculo, su propio padre. Daemon tenía una muy mala reputación y no era muy popular con... nadie; si, el era respetado, pero su respeto se basaba en miedo, y la historia le mostró a Velea que ese respeto era altamente ineficaz, cambiante, y a la larga se disiparía. Después de todo, los dragones no viven por siempre.
Cuando llegaron a Casterly Rock los Targaryen fueron recibidos cordialmente y fueron dirigidos a la sala principal donde su anfitrión esperaba.
- Príncipe Daemon, es un placer recibirlo como invitado aquí en Casterly Rock.- dijo un hombre levantándose de su asiento. Tenía una apariencia un tanto... desaliñada a los ojos de Velea, pero no era un hombre desagradable a la vista; era alto, y rubio después de todo. El hombre se encontraba parado frente a una larga mesa llena de comida y tal parecía que estaba acompañado.
- Lord Lannister.- dijo Daemon cortante solo para reconocer que escucho las palabras del contrario. Claro que la arrogante sonrisa tan característica del príncipe no podía faltar.
Hubo un silencio un poco incómodo por unos cuantos segundos hasta que Lord Jason Lannister noto la presencia de la diminuta copia femenina de Daemon, en apariencia solamente.
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¿Y que si me llevo la corona?
FanfictionEsta historia esta adaptada a la versión de la serie no a la versión del libro.