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Me convertí en la sombra de mí misma.
No.
Era directamente la sombra.
Una sombra oscura y fría que ni sentía ni padecía.
Que todo le daba igual o lo que es lo mismo,
todo le dolía.
Y lo peor es que nadie parecía darse cuenta de ello.

Quejío (Poemario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora