Habían pasado unas 2 semanas desde que fui atropellada por Kiro y ya me encontraba bien, no tenía la rodilla vendada y lo único que quedaba era el raspón con uno que otro moretón al rededor, Daniel estuvo pendiente a mi herida los primeros 3 días hasta que ya pude caminar bien y lo detuve, apreciaba que quisiera que estuviera bien pero no estaba invalida así que no era necesario.
Hoy era miércoles y estaba preparando todo para mis clases, la semana estuvo tranquila, casi no hablé mucho con Daniel ya que por lo que me había contado estaba con un trabajo muy complicado que tenía que entregar lo más antes posible, desde el miércoles de la anterior semana no lo veía así que supuse que estaba desconectado de todo para ponerle su máxima concentración a su trabajo.
Luego de aquel domingo en que Daniel vino a dejarme a casa y le explicó a mi madre que había sucedido, ella me molesto el resto de la noche hasta que se fue a dormir, se quejo de que no le había contado que ya sabía quién era el individuo que vivía a un lado y que era atractivo y muy caballeroso, insistió en decirme que lo hiciera mi novio entre muchas cosas más.
Luego de terminar de arreglar las cosas vi la hora y eran las 4 pm, el clima estaba hermoso así que salí al jardín de mi casa, era muy hermoso gracias a que Andy cuidaba mucho de él, desde que papá murió había perdido vida pero ella se encargo de devolvérsela.
-Hola Isa- dijo una voz a lo lejos que hizo que sobresaltara-
-Daniel, me asustaste- dije dándome vuelta para verlo, estaba sentado en el césped de su jardín, tenía que alzar un poco la voz ya que aunque fueramos vecinos nuestras casas no estaban pegadas, tenían cierta distancia, el llevaba un hoodie azul ya que hacía algo de frío y un short gris de tela iba descalzo y su cabello estaba despeinado, pude ver que en una de sus manos llevaba un cigarro, no sabía que fumaba-
-Lo siento- dijo riendo- gusta sentarse conmigo?- dijo viéndome al fin-
-Claro- dije pasando la cerca de mi casa y caminando hasta la de él, yo iba vestida un poco igual a él, un hoodie verde oscuro y un short blanco de tela solo que no estaba descalza, llevaba medias blancas con sandalias de casa, no me juzguen hacia algo de frío, al llegar me senté a su lado sin mirarlo-
-Daniel llevo el cigarro a su boca e inhaló y luego expulsó el humo- Le molesta el cigarro? Puedo apagarlo- dijo viéndome-
-No no tranquilo, no me molesta- dije siendo sincera-
-Cómo sigue su rodilla?- preguntó pasando sus dedos en los moretones de alrededor sin lastimarme por supuesto, esa acción me puso nerviosa-
-Está bien, ya no duele tanto y puedo caminar con normalidad, solo queda esperar a que los moretones y el raspón desaparezca- dije bajito pero él podía escucharme-
-Me alegra mucho
-No sabía que fumabas- fue imposible no decirlo-
-Solo lo hago cuando me siento muy estresado- dijo dándole una calada a su cigarro sin quitar la mano y la vista de mi rodilla, daba pequeños trazos a los moretones con la yema de sus dedos como dibujandolos-
-Qué te tiene estresado Daniel- dije, los 2 habíamos adaptado un tono suave y bajo en está conversación así que seguí usándolo-
-Mi trabajo Isa- dijo y sus dedos bajaron un poco más hasta debajo de la rodilla, parecía que dibujaba algo invisible ante mis ojos, era un gesto de total confianza que la verdad no me molestaba para nada-
-Puedo preguntar que sucedió?-dije apenada-
-Claro-sonrió sin verme aún- recuerda el trabajo que estaba haciendo, por el cual me desaparecí tanto? -yo asentí- bueno, no pude terminarlo a tiempo, pase toda la semana haciéndolo pero era grande y él único trabajando en eso era yo, lo terminé hoy hace unos 2 horas pero ya mi tiempo había pasado y él gerente no quiso aceptarlo. Hablé directamente con el jefe y me dijo que lo revisaría y me llamaría el viernes pero que le gustaba la puntualidad ya que lo necesitaban para una junta ayer y salió mal ya que no lo tenía, solo me queda esperar pude haberlo entregado a tiempo de no ser que su estúpido gerente no me dejaba en paz- dijo tranquilo para ser una situación que lo estresaba, admiraba como controlaba siempre todas su emociones y no dejaba que lo dominarán-
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La casa de al lado [En Curso]
Teen FictionEl dicho de que la curiosidad mató al gato ¿siempre aplica, o no? Isabella no estaba segura de si su curiosidad la iba a matar, pero no le importaba. Mientras descubría si esa curiosidad le beneficiaría o no, su vecino nublaba su pensamiento, y ella...