Capitulo 3

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—Oh, mi dulce rebenka. Eres un media raza —dijo Woohyun suavemente mientras sus dedos jugaban sobre los labios de Sunggyu.

—Sal fuera de mí. —Sunggyu hacía su mejor esfuerzo por empujar el pesado cuerpo que lo aplastaba. Empujaba el pecho de Woohyun, pero el oscuro y encantador hombre no se movía.

—Tranquilo, Sunggyu.

—No, esto nunca había sucedido antes. No puedo entender por qué está sucediendo contigo. —Sunggyu podía decir que estaba por tener un ataque de histeria y no había manera de detenerlo. Woohyun había visto sus caninos. Ese era su secreto mejor guardado. ¿Qué sucedería con él ahora?

—Sunggyu —Woohyun suavemente dijo su nombre.

—¿Qué vas a hacer? ¿Vas a llamar al gobierno, al servicio secreto o a la Nasa y ellos me llevarán lejos?

—Sunggyu.

—No puedo vivir mi vida en un laboratorio. No quiero. — Sunggyu luchaba por liberarse. Esto no podía estar sucediendo, primero JiHyun y ahora esto—. ¿Qué he hecho mal para que mi mundo se derrumbe a mi alrededor? Tengo una buena vida. Tengo un negocio honesto. No engaño a la gente, y pago mis impuestos. Siempre dono a causas justas y dono mi ropa usada. Yo...

—¡Sunggyu!

Sunggyu parpadeó unas cuantas veces cuando miró a Woohyun. Un tic comenzó a formarse bajo su ojo derecho. Sintió que sus caninos seguían extendidos. —Por favor —murmuró.

—Está bien, rebenka. Todo va a estar bien. Tranquilízate. — La mano de Woohyun frotaba un lado de la cara de Sunggyu, calmándolo de sus preocupaciones con las yemas de sus suaves dedos. Se estremeció cuando Woohyun se inclinó y besó sus extendidos dientes. ¿Esto era una locura? Sunggyu trató de cubrirlos con sus labios pero las agudas puntas rompieron su carne.

—No los escondas de mí. —Woohyun le dio la más sexy sonrisa que Sunggyu hubiera visto. Oh infiernos, ahora podía ver que Woohyun tenía su corazón sin importar lo mucho que luchara contra eso—. Son tan jodidamente sexys.

Los labios de Sunggyu se movieron a un lado mientras consideraba las palabras de Woohyun. —¿Y tú me dices loco?

—Adorablemente loco. —Woohyun sonrió.

Sunggyu destrozó su decisión de permanecer célibe y la arrojó por la ventana. No importaba lo que este hombre decidiera hacer después, él iba a tener algo de esta delicia ahora. Apretó el sexy trasero del hombre. —Linda agarradera.

Woohyun se rió a un par de centímetros de su cara. —¿Linda que?

—Agarradera. —Sunggyu le dio otro apretón para enfatizar sus palabras, y su hombre tenía mucho de donde apretar. El trasero de Woohyun era una burbuja y musculoso. Si, él tenía que revisarlo. ¿Qué no haría con un hombre que se veía tan oscuro y delicioso como Woohyun?

Tendría que estar certificado como loco para no hacerlo.

Sunggyu liberó el fuerte musculo y pasó sus manos por el cabello de Woohyun, acomodándoselo detrás de la oreja del hombre. —¿Por qué?

—¿Por qué, qué, Rebenka?— Woohyun se inclinó hacia adelante, sus labios apenas tocaban la piel de Sunggyu, recorriendo su cuello y su cara. ¿Qué había preguntado? Oh sí.

—¿Por qué yo? Tú me agradas...y yo te agrado. —Sunggyu soltó una respiración de frustración. No podía creer que la erección de su hombre presionaba contra la suya—. Seriamos la bella y la bestia.

—Eso me haría a mí la bestia. —Woohyun gruñó bajo mientras mordisqueaba el mentón de Sunggyu.

—Difícilmente. Eres hermoso, y yo no soy un hombre tan atractivo como para ser tan afortunado de ganarme tu atención.

Manada Park #15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora