Mirrorball

{2} Snort it

Londres, Viernes 14/10/2017

De vuelta al instituto, con los ojos rojos y unas ojeras dimensionales, Gemma había tenido que estar un buen rato para ser convencida, por su hermana mayor, de que se levantara de la cama para dirigirse al instituto, si el anterior curso no le había ido tan mal como ella creía que iba a ser, este comienzo de curso estaba siendo una caída en picado, extrema. La joven siempre había sido una chica con problemas escolares y similares, sus madres intentaban darle el mejor tratamiento posible, no entendían porqué su hija era tratada así, temían que fuera por su culpa, o su enfermedad, o a lo mejor hacían algo mal o simplemente sus compañeros no aceptaban que existieran personas con dos madres y lo tomaran con ella, fuera por lo que fuera, ni los propios bullies tenían razones.

Esta vez, Gemma estaba sumida en un nuevo álbum de una artista recientemente nacida en la industria musical, dicho álbum había salido el mes pasado: Strangers in the Alpes- Phoebe Bridgers. A ella le encantaba el estilo musical "Indie folk" por lo que este nuevo álbum le atraía mucho. Nadie entendía sus gustos musicales, la tomaban por rara por el simple hecho de no escuchar rap o trap y aunque a ella no le importara, la gente la veía como una cosa más por la que burlarse de ella.

Otra vez, estaba ahí de nuevo, en aquella mitad de la esquina que daba a la entrada de el instituto, si no había día que no tuviera miedo de sobrepasar aquella esquina, hoy no era para nada una excepción. El día anterior había sido una pesadilla: nada más de que una mujer, aparentemente de la limpieza, le abriera la puerta de aquel baño todo empeoró más de lo que ya estaba. Aparte de la regañina que se llevó por parte de el profesor de música, en el patio, decidió distraerse de la realidad entrando a otra realidad mucho más peligrosa: las redes sociales. Tenía que ser una broma, frase que resonó en la cabeza de la niña repetidas veces al entrar al perfil de una de las únicas personas que seguía del curso.

Alguien la había estado grabando en el baño desde un principio, tenía que ser la misma persona que había dejado aquella nota, o mejor dicho las personas, ya que la carta había sido escrita en plural. Ese vídeo se había difundido por todas las redes y enseñaba claramente a Gemma saliendo del aseo hecha un saco de lágrimas, posteriormente a eso, la cámara se escondía en el interior de otro aseo y el vídeo pasaba a enfocar a la castaña con la cara color escarlata y lágrimas multiplicadas por mil.

Por eso y más, Gemma no quería volver a el insti, en la hora del patio volvió a visualizar el vídeo, ahora viral, una y otra vez, continuaba pero tenía el presentimiento de que más de doscientas personas la estaban observando desde lejos, no iba tan mal encaminada. Corrió lo más rápido que pudo pero esta vez no podía huir hacía el baño por miedo a que sucedieran más hechos, por lo que se quedó un rato recorriendo el patio para hallar un lugar donde protegerse de todas aquellas intensas miradas. Lo único que consiguió fue tropezarse con una piedra que la llevó a los pies del grupito donde se encontraban Cata y sus amigos. Menuda coincidencia. Gemma se replanteó si la piedra que había provocado su caída estaba allí accidentalmente al ver que todos los de aquel grupo la miraban con una cierta mirada un algo penetrante, como si estuviera interrumpiendo algo. No supo como reaccionar. Se levantó observando a cada uno de los integrantes, hasta que al fin alguien decidió romper el silencio.

-Oye, ¿por qué no te unes con nosotros en este patio? hemos visto el vídeo, creemos que la gente ya no sabe que hacer con sus vidas y no está para nada bien lo que han hecho, que crueldad- dijo en un tono muy neutral Catalina. Esto hizo que las sospechas de Gemma a que ellos fueran los que le hicieron aquella emboscada en los baños desaparecieran de su mente lentamente. Pero también le hizo replantear que sí que eran ellos de verdad ya que sino, ¿Porqué había usado el plural? nadie tenía porque saber que aquella jugarreta era grupal. Se extrañó.