{4} Out of the closet

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Londres, Sábado 30/10/2017

Gemma llevaba poco más de una semana ingresada en aquella sala, y por fin, el día de Halloween ya podría ser libre de aquella celda.

-Aquí tienes el menú del día Gemma, buen provecho- Charlotte soltaba la bandeja en manos de su paciente. La ingresada solamente le agradeció con una agria sonrisa.

-Mañana ya saldrás de esta sala cariño, ¿qué tal te encuentras?- añadió la enfermera.

-Con ganas de morirme- aclaró la chica sarcásticamente. En el momento que la mayor sacó una libreta de el bolsillo y comenzó a anotar algunos apuntes se esfumó la sonrisa de su cara. -Charls, era broma, parece que ya no me conoces- explicó con media sonrisa restante.

-No he dormido en toda la noche por la preocupación, no estoy para bromas- respondió agotada Charlotte. -¿La preocupación? ¿ha pasado algo?- la menor se alteró.

-Por ti Gemma, me preocupa que pueda volverte a pasar algo de nuevo cuando salgas de este hospital- dijo. -Estaré bien Charlotte, no creo que me vuelva a pasar nada, de verdad- repuso la paciente. -El "creo" es la raíz de mi preocupación, cariño- la enfermera la miraba preocupada y con pena. Gemma se sentó en la camilla y se acomodó en dirección a la mayor, tras pequeños movimientos se acercó al borde de la cama para ponerse enfrente suya.

-Voy a hacer lo posible para no tener que acabar aquí de nuevo- le dio un pequeño toque en la nariz como gesto de cariño. La enfermera estaba sintiendo millones de sentimientos recorriendo su cuerpo entero; pena, preocupación, tristeza, ternura, amor... Pegó su frente junto a la de Gemma.

-Espero que así sea, pero quiero que me vengas a ver de vez en cuando y me cuentes progresos, logros y actualizaciones de tu vida, ¿podrías hacer eso por mí? no quiero perderte, cariño- Charlotte parecía más tranquila. -Lo haré Charls- se creó una amplia sonrisa en la cara de la enfermera. Separaron sus frentes. Charlotte quitó un mechón de pelo de la cara de su exnovia para seguidamente, con las dos manos, acariciarle las mejillas. Gemma se estaba poniendo roja y como fruto del nerviosismo miraba hacia sus zapatos como distracción, Charlotte sabía lo que estaba haciendo.

Las dos chicas estuvieron minutos observando cada facción de la cara de la otra, de vez en cuando no podían evitar reír. Llegó un momento en el que coincidieron, las dos miradas se posaban en la misma parte. Los labios. Charlotte se percató de ello y dejó un pequeño pero dulce beso en los labios de la menor, no pudo evitar sonreír tras ello.

-Te quiero cariño, nunca lo olvides- Charlotte salió de aquella habitación. Gemma estaba confusa pero aquella mujer le había dejado claro que debía pasar página, así lo hizo nada más salir por la puerta.

Se pasó todo el día viendo documentales de animales acuáticos, escuchando en repetición el álbum más reciente de su ídolo: 1989, y también viendo programas de televisión con su hermana mayor.

-Tenemos que preparar tu disfraz para la fiesta de Halloween de mañana, ¿tienes pensado algo?- exclamó con una sonrisa la mayor. -Sabes que mamá no me va a dejar ir y menos ahora recién dada de el alta, además de que no soy muy fan de las fiestas...- la menor seguía hablando hasta que fue interrumpida de nuevo por su hermana.

-No pasa nada, ya las convenceré y te lo pasarás bien, habrá gente de tu edad pero no te preocupes, lo he revisado y el grupito pesado que me has dicho antes no estará en la fiesta- respondió Nicole. -¿Habrá más gente del curso?- preguntó. -Alguno que otro habrá, sí-

-No pienso ir Nicole- se negó rotundamente. -Estaré contigo todo el rato, te lo prometo- dijo con cara suplicante la hermana de la menor. -Me lo pensaré- Gemma cambió de idea fácilmente.

-Creo que ir de vampiro te quedaría genial- concluyó Nicole. Gemma rio. -Entonces mañana por la mañana iremos a por los disfraces- asumió la hermana, pero Gemma simplemente rodó los ojos. -Me lo tomo como un sí- la pequeña intentó oponerse pero su hermana le tapó la boca, lo que provocó la risa de ambas.

-Estuve revisando más sobre la fiesta y es en casa de un amigo de una amiga mía cercana, investigando un poco más encontré los instagrams de algunos invitados...- declaró Nicole. -¿Hace falta una invitación para entrar a la fiesta?- Gemma se extrañó al escuchar la palabra guests. -Sí, pero ni te preocupes por eso, ya las tengo- le respondió. -O sea que ya dabas por hecho que iba a aceptar tu propuesta...- dijo la menor decepcionada por haber "aceptado" tan rápido. -Sí- exclamó la mayor orgullosa de si misma con una sonrisa pícara en la cara. -Joder-

-Bueno, el caso es que van a ir chicos muy guapos...- Nicole sacó el móvil de su bolsillo y abrió insta. Procedió a enseñarle a las "obras de artes" que iban a estar cerca de ella. Gemma se estaba aburriendo de ver a tanto hombre.

-¿Puedes enseñarme también a las chicas?- soltó al fin. -¿Chicas? ni que fueras gay o algo así, espera a que termine de enseñarte a los hombres.- Gemma sintió un nudo en la garganta muy fuerte y se guardó las lágrimas. Su hermana al no recibir respuesta la miró a la cara. -¿Qué pasa hermanita? ¿qué he dicho?- dijo algo extrañada Nicole, siempre le había costado mucho aceptar la relación de sus dos madres, estaba rodeada de malas influencias que le hacían dudar mucho de que fuera algo normal ser atraída por mujeres. Nicole se había criado con un padre y una madre, cuando nació Gemma su madre le puso los cuernos a su marido con Samantha ya que decía que se cansó de él y sus actitudes inmaduras, eso a Nicole le pareció fatal ya que ella amaba mucho a su padre, desde entonces no aceptaba que las dos estuviesen juntas y menos aceptaba la homosexualidad ya que llegó a pasar demasiado tiempo con su padre homófobo. Sus madres no sabían con certeza sobre su homofobia oculta aunque sospechaban mucho por lo que estaban muy decepcionadas con ella desde que empezó a dar pequeñas señales, eso incrementó la rabia en la mayor cosa que pagó con la adolescencia de Gemma al ver que le hacían más caso a su hermana que a ella, y no ha madurado hasta el momento. -¿Gemma?- repitió Nicole.

-No sé que quieres que te responda Nicole- exclamó, pero esta vez con rabia acumulada.

-Siempre estás con tus chistes homófobos, parece mentira que tengas dos madres, parece mentira que a estas alturas de la vida tengas esa mierda de pensamiento sobre gente que ama a otra gente, me parece absurdo, además de que siempre pones esa cara de asco cuando mamá y mamá se besan, por dios madura un poco, siglo veintiuno, ¿sabes?- Gemma no le dio tiempo de reacción a su hermana y salió de la sala en dirección a unos baños cercanos de ahí.

Una vez en los baños entró a un aseo, pero esta vez sin dejar el pestillo puesto. Estuvo sollozando con las rodillas entre sus brazos hasta que alguien la interrumpió entrando al baño. -¿Gemma?- la voz era familiar. La puerta se abrió lentamente, ahí estaba Charlotte, ahora alarmada al verla. -Hey, estoy aquí, ven, no pasa nada cariño- Gemma se levantó de la tapa del váter y abrazó con todas sus fuerzas a su enfermera favorita. Gemma dejó de llorar. -Gracias- expresó la más alta. -¿Qué ha pasado?- preguntó la más baja de las dos. -Mi hermana es homofóbica-

-¿Cómo? ¿eso es posible...?- dijo atónita la mujer. -Lamentablemente, sí-respondió-Se habrá dejado influenciar, supongo- continuó Gemma. -No es excusa- mencionó la pelinegra.

Ambas dejaron el baño, se estaba haciendo tarde y su familia la esperaba en el coche, Charlotte la acompañó hasta ahí. Una vez llegadas al coche se despidió dejando una mala mirada a la hermana. Hasta la llegada a casa estuvo todo muy callado y se hizo todo demasiado incómodo. Si Nicole quería mostrar más su preocupación por su hermana una de dos: o lo estaba haciendo de una manera muy rara o se debía apresurar a pedirle una disculpa, tanto a su hermana como a sus madres, como mínimo.

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