Capítulo 25

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Maldita sea.

Sólo había pasado un par de noches durmiendo junto a Gun, pero hasta este momento no me había dado cuenta de lo mucho que lo echaba de menos.

Se adapta perfectamente a mi lado. Con mi brazo alrededor de él y su cabeza en mi pecho, podría quedarme dormido fácilmente aquí y ahora, aunque sólo sean las ocho.

Mi reputación de jugador de hockey grande y malo podría estar en juego si alguien se enterara, pero no podría importarme menos.

Así es, señoras y señores, el delantero estrella de los Mountain Lions es un mimoso.

—¿Off?

No me molesto en abrir los ojos.

—¿Mm?

—Cuando dices que no has terminado conmigo, ¿eso significa... es... qué significa exactamente?

Eso me despierta.

—Significa que no he terminado contigo. Directo y al grano.

—Pero eso implica que habrá un momento en el que habrás terminado conmigo. ¿Suelen ponerse plazos a este tipo de cosas?

—¿Qué tipo de cosas?

—Citas. Eh... o lo que sea que estemos haciendo.

Me pongo de lado.

—¿Necesitas una etiqueta?

—Las etiquetas me ayudan a identificar el significado y la expectativa.

Yo soy todo lo contrario.

Acaricio su mejilla.

—Podemos ser lo que quieras que seamos. Si quieres dividirlo en categorías y etiquetas, este es mi trato. No estoy viendo a nadie más, y no planeo hacerlo. Espero que sea lo mismo para ti, pero si no quieres eso entonces házmelo saber.

—No quiero.

Me retiro.

—¿No quieres exclusividad?

—¡Espera, no, sí quiero! No quiero ver a nadie más.

Uf. Por un minuto, mi corazón estaba en mi garganta.

—Bien, entonces no vamos a ver a nadie más. Quiero pasar el poco tiempo libre que tengo contigo.

—Lo mismo.

—Y quiero salir en público contigo. Tomarte de la mano en el comedor.

Acompañarte a las clases cuando pueda. Despedirme de ti con un beso después de los deportes.

—Todos esos son términos aceptables.

—Entonces tengo muy malas noticias para ti.

—¿Malas noticias?

—Parece que somos novios...

—¿Novios? Nunca he tenido uno de esos antes.

Resoplo.

—Yo tampoco. Ni uno oficial ni nada.

La cara de Gun se ilumina.

—Espera... ¿estás diciendo que estoy teniendo una de tus primeras veces? En algunas cosas, estamos un poco atrasados.

—Es un atraso para nosotros.

Gun se inclina para besarme. Es casto pero dulce. Luego se acomoda de nuevo y deja escapar un suspiro de satisfacción.

—Ok, eso es todo. Ya puedes volver a dormir.

Pero no puedo.

Porque recuerdo mi promesa a mi hermano.

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