Me sirvo un mate, tratando de escribir sobre vos. Empiezo, tengo una idea clara, la música me aturde. No quiero apagarla, me gusta. Me frustro.
Tomo un sorbo de mate y al final te escribo poemas. En realidad los leo, no los escribo. Pero son míos y sí, fueron para vos. Son. Serán. Es algo triste, lo sé. No son sobre amor, aunque podrían decirte que te amo.
Me gusta tu existencia en mi vida.No soy una chica de cambios.
No me gustan las separaciones, me dan igual las despedidas. Nada cobra sentido hasta que lo cobra. Cuando estoy sola, en la noche. Tal vez en mi cama, en la de mi mamá, la tuya, la de algún telo, sobre tu pecho seguramente, no importa qué cama.
Cuestión: en la noche. Cuando estoy sola con mi cabeza, y pienso, y extraño, y ahí me doy cuenta que no me gustan los cambios.Duelen. La mayoría. Y no quiero que seas parte de esos cambios que me desvelan en la noche. Al menos no de esos cambios definitivos.
Porque cambios tuvimos. Muchos. Yo los siento. Una vez dijiste Es mi modus operandi. Nunca se me olvidó, me respondí sola cuando me pregunté por qué cambiamos: es tu modus operandi.Y aunque nos pasó y seguro nos pase de vuelta, no fue un cambio definitivo. Porque ahí estás y ahí estoy. Y a veces, ahí estamos. Los dos.
Por ahora.Si fuera definitivo ya no estaríamos nunca más, lo cual era el plan, era parte de tu plan, pero se nos vino abajo y ahora adaptaste tu no sé qué a la situación. Que desaparezcas ya no es opción. Cambiarlo todo. Estar y luego ya no, nunca más. Eso es un definitivo.
Lo que se va, se pierde, se rompe y se quema, para ya no volver. Bueno, se quema no. Somos inmunes al fuego, ¿Te acordás? Lo dijimos. Bueno, vos lo sos. Yo finjo demencia. Total, convivo con el dolor innecesariamente. Una marca más, una marca menos. Por lo menos, no somos un cambio definitivo. Y no quiero que lo seamos.Te diría que te amo, y aunque no puedas amarme, sé que tal vez, no sé si en este u otro universo, me lo dirías, a pesar que constantemente te percibes carente de amor. Me lo dirías, ¿Verdad? Aunque no sea ese amor. Ese tipo específico de amor. Sé que será.
Sé que, por eso, me lo dirías.
Tal vez sea algún tipo de amor extraño y raro, acomodado a nuestros ideales y convicciones, nuestras normas y carencias, pero será. Sí. Definitivamente.Escribo sobre vos, no lo que quería escribir, pero al menos es sobre vos. Lo que escribía quedó ahí, incompleto, y aún me frustra, pero peor. Las ideas ya no son claras, ni siquiera sé en qué momento tendría que terminar esto. Pero sí, al menos es sobre vos.
Y con eso estoy bien, creo. Me conformo.
Siempre me conformo.El mate quedó con azúcar y sin agua. No volví a tomar. En cambio, me tomé en serio escribirte esto. Que rara es la inspiración.
La que me provocas vos, al menos. Generalmente viene de los dolores que me causas, las angustias mejor dicho. Siempre vienen de ahí. A veces te escribo cosas lindas, otras veces son ardientes, pero sospecho que es para tapar lo que no escribo sobre las angustias.
De ellas escribo de vez en cuando. Cuando quieren atención y se visten de gala, se maquillan y producen hasta que me parecen tan hermosas que se me hace imposible no escribirlas.
Pobres. Les tengo perjuicio.Esto no necesitó de nada de eso, ¡aleluya!, solo es frustración por no poder terminar lo que quise escribir de vos, de empezar mejor dicho, un recuerdo que de por si era borroso, pero ahora se volvió lejano, casi ajeno. Sigo sin tomar el mate.
Vaya concentración.
No me gustaría perderla, así que necesito que te quedes. Como te dije, me cortan los cambios.
Le sirvo agua al mate y le doy un sorbo, por fin lo preparé.
La realidad es que...Si me pongo a pensar,
me gustaría cambiar yo.
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Vivir con melancolías - Poemario + Cuentos #3
PoesíaTan llena de alma, tan cargada de vida, y, como si los años fuesen una lima, mis razones y alegrías se fueron acabando, desgastando. Subsistiendo.