𝑷𝑹𝑶́𝑳𝑶𝑮𝑶

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Ahí va otra vez con sus jodidos cortos y provocativos vestidos.

Dios, ¿Ni siquiera siente frío?

Fruncí el ceño en molestia al mismo tiempo que la miraba darse unos últimos retoques al espejo mientras me miraba fijamente a través de este.

Agh, se veía tan jodidamente sexy. Ese vestido sin duda resaltaba su suave piel de porcelana. En cualquier momento podría perder el control y ella, aún así, sigue con este maldito juego.

Joder, ¿Cómo llegue a vivir con esta idiota?

Ah si, es culpa de Osvaldo.

*Flashback*

- Vamos Rivers, deberías irte de aquí. Ya tienes veintitrés años, estás mayorcita - Siguió insistiendo. Rodé los ojos.

- Osvaldo , sabes que no tengo si quiera un trabajo para poder mantenerme. Moriría de hambre - Argumenté.

Osvaldo Pareció pensar en algo mientras miraba a otro lado. Su rostro se iluminó - Deberías de tener una compañera de cuarto -

Fruncí el ceño y lo mire - ¿Una compañera?

- Si, así los gastos serán menores, mientras lo dividan entre ambas -

- ¿Ambas? Osvaldo, creo que no sería algo bueno convivir todos los días con unas chica cualquiera -

- No va a ser una chica cualquiera, Rivers. Conozco a alguien - dijo.

- ¿Tiene que ser necesariamente una chica? - Cuestione - ¿No puede ser un chico?

- Ay, por favor, Rivers - Bufo - No eres una maldita hormonal. No tienes trece años como para que se te pare cada que una chica se te acerca - Rode los ojos ante lo ultimo - Una amiga vive en un departamento, pero esta en la misma situacion que tu - Eleve una ceja - Abril Garza, ese es su nombre. Ha estado algo complicada con los gastos, por lo que esta buscando a alguien  para dividirlos

- ¿Y por que no vas tu? Caso cerrado - Dije intentando dejar el asunto y seguir con mi vida.

Me levante de la cama, dispuesta a irme a mi habitacion, pero osvaldo tomo de mi mano, obligandome a sentarme de nuevo en su cama.

- No seas idiota, Rivers. Vamos, no te arrepentiras. Abril es una buena chica - Insistio

Pense un momento 

- Esta bien - Los ojos de Osvaldo se iluminaron y una gran sonrisa se hizo presente en su rostro - pero - Recalque fuertemente la palabra y la sonrisa de mi hermano se desvaneció, dando paso a un adorable puchero - Solamente tengo que conocer a la tal Abril ¿De acuerdo? Si me agrada tal vez considere la opcion, de lo contrario seguiré haciéndoles la vida imosible aqui ¿Entendido? - Dije en tono de advertencia mientras le apuntaba con mi dedo indice. El, muy animado, asintio.

Agh, Abril jugo duro ese dia. Seguramente lo planeo junto a osvaldo.

Estaba ya en aquel lugar elegido por mi hermano, esperando a su amiga.

Una chica linda se acerco a mi con una sonrisa. Primero la mire extrañada, pero luego cai en cuenta de que era la misma chica de las fotos que osvaldo me mostro.

- ¿Eres Samanta Rivera? ¿La hermana de Osvaldo? - Pregunto. Su voz era suave y algo tierna a decir verdad.

Dudosa respondi: - Si, soy yo. Abril ¿No? - Su sonrisa se amplio, asintio y estiro su mano hacia mi. Rapidamente la estreche.

Agh, y pensar que esa tierna chica, con una sonrisa linda y carita inocente se encuentra en camino hacia mi con un jodidamente vestido corto y un peinado que la hacia ver demasiado sexy. Mordi mi labio.

No se como he llegado a sobrevivir seis meses sin abalanzarme a follarla como si no existiera un mañana. Supongo que mi autocontrol puede mas que mis hormonas.

Yo misma me llamo masoquista, porque, apesar de que puedo, no me alejo de ella. Puedo facilmente recoger mis cosas e irme de este lugar pero saber las razones por las que esta aqui me impide por completo marcharme.

- Entonces, dime por que quieres una compañera -Le propuse

- No me puedo mantener sola - Alce una ceja - No en el modo que crees, idiota. Mis padres murieron repentinamente y toda la herencia se la quedo la egoista de mi hermana. No me quiso compartir nada y los trabajos de medio tiempo que tengo no me alcanzan para pagar el departamento - Conto, mi expresión se suavizó - Osvaldo es mi mejor amigo. El me contó que su hermana, ósea tu, deberia de irse de casa - Si, recuerdo sus palabras "Dependes mucho de nosotros. Tienes que independizarte ya." - Así que le ofrecí para que seas mi compañera - Finalizó. Ahora entendia el por qué de tanta insistencia por parte de Osvaldo.

*Fin del Flashback*

Terminé aceptando, ella era buena chica

Exacto, era.

Al inicio sólo eran simples coqueteos que me tomaba con humor. Pero, cuando en uno de sus juegos, se subió encima de mi y descubrió el problema ubicado entre mis piernas, todo se fue de nuestras manos. En una semana tuve más erecciones de las que había tenido en mis veintitrés años de vida. Bueno, creo que es exagerar, tomando en cuenta mis años de puberta conocedora, pero aún así es lo más cercano.

Constantemente hacía distintas cosas para provocarme; Caminar en ropa interior o, incluso, desnuda en frente de mi. En publico muchas veces se sentaba en mis piernas y empezaba a mover sus caderas contra mi, o llamarme para ver su atuendo, que, la mayoría de veces, son vestidos cortos, lencería o cosas así, como justo ahora.

Pocas veces me libraba de las constantes provocaciones e insinuaciones por parte de mi compañera. Pero cuando eso sucedía me volvía la persona más feliz en todo este maldito mundo. Bueno, hoy no.

Se sentó en mi regazo con ambas piernas a los lados de mi cadera. Su vestido se subió levemente, dejando ver un poco de su ropa interior. Apoyó sus brazos sobre mis hombros.

- Dime, Samy. ¿Qué tal? - Preguntó en un tono provocativo mientras juntaba nuestras frentes. Mi vista bajó a sus rojos, apetitosos y carnosos labios.

Al no obtener respuesta de mi parte, hizo un movimiento con su cadera hacia adelante, haciendo que su centro roce mi miembro. Mordí el interior de mi mejilla para evitar soltar un jadeo. Mi gran autocontrol me impidió tomar sus caderas, tumbarla en la cama y follarmela de una buena vez por todas. Lo cual agradezco enormemente. Volvió a mover sus caderas, creando una fricción entre nosotras.

- S-se te ve bien - Fue todo lo que logré decir. Se acercó, dispuesta a besarme pero rápidamente tapé su boca con mi mano cuando estuvo a escasos centímetros de mis labios.

Joder, ya sentía como mi pene empezaba a despertar. Al parecer, Ari lo sintió ya que soltó una burlona sonrisa que logré sentir en la palma de mi mano. Rápidamente, retiré esta de su boca.

- ¿Por qué no vas conmigo a la fiesta? Es bueno que te distraigas - Dijo. Negué. Todo por no estar ebria a su lado. Sabia cómo iba a terminar, y sabía que iba a ser yo la que iba a ceder.

- Llegarás tarde. Deberías irte - hablé, rogando para que no hiciera algún otro movimiento que termine con mi cordura. Para mi fortuna, no hizo nada.

- Tienes razón. Juan debería de estar esperándome - Hizo un último y brusco movimiento de pelvis que, debido a lo rápido que fue, logró sacarme un gemido. Ari sonrió satisfecha ante esto para levantarse finalmente de mi regazo.

Genial, aquí vamos otra vez.

Hola habla Saurex! Espero disfruten de esta pequeña historia rivari ♥️🤘🏼

¿Sólo Sexo? - rivari [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora