Capitulo 3

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Me había levantado a las 9 de la mañana. Ari había entrado para despertarme e ir a desayunar. El desayuno fue bueno, pero solo para ella. Quien me daba pequeñas y burlonas sonrisas. Mierda, la odio.

Como es domingo, ambas estamos libres y a Ari se le quitó el celo. Lo único que nos queda hacer es cualquier cosa.

— ¿Qué soñaste? — preguntó apoyando su cabeza en mi hombro. Aunque no le veía la cara, podía sentir su burlona sonrisa en su tono.

— No te incumbe

— Claro que si, te oí gemir mi nombre anoche — abrí los ojos y el calor subió a mi cara. Ella rió y levantó su cabeza para mirarme. Yo evité el contacto visual —. Es broma, idiota. Pero por tu cara ya veo que si soñaste conmigo — me dio una sonrisa genuina y yo le di una mala mirada —. Eres tierna sonrojada — dijo riendo y se levantó del sofá. Rodé los ojos.

— Eres insoportable.

— Samy — un escalofrío recorrió mi cuerpo al oír mi apodo salir de su boca de una manera tan... ¿Normal? Sin su tono provocativo —, busca sinónimos, me has dicho lo mismo incontables veces.

— Es que es la única palabra que te define — argumenté —, los sinónimos no estarían a su altura — ella rodó los ojos divertida.

— ¿Sabes? En algún modo esto nos marca — comentó. Le di una mirada confundida —. Estoy segura de que si yo no fuera así, no llegaríamos a esto — dijo con una cálida sonrisa.

— ¿Ah, si? Yo creo que si no fueras así yo sería feliz — ella rió.

— Simplemente, no sería lo mismo — se acercó a mí, tomó mi rostro y plantó un tierno beso en la comisuras de mis labios para luego irse.

Espera, ¿Tierno beso? ¿Abril era capaz de eso?

Inconscientemente mi mano fue a mi mejilla, la cual ardía como nunca y, por primera vez, no era por excitación. Fruncí el ceño. Le estoy dando muchas vueltas a eso. Ella volverá a la normalidad más tarde.

En tres...

Dos...

Uno...

—¡Por cierto! — su llamado llama mi atención —. ¡Sabes que te encanta! — y ahí está.

Tomé mi celular y vi la hora; 11 con 29. Se lo que se viene.

Tres...

Dos...

Uno...

— ¡Rivers! ¡Vicky trajo té verde! — ahí está también.

Me levanté del sofá y me acerqué a la puerta para abrirla, encontrándome con mis dos mejores amigas en la entrada.

— ¡Películas! — Vicky entró corriendo y se abalanzó en el sofá

Enseguida miré a Nuvia. — ¿Por qué no ven películas en la noche o en su propia casa como la gente normal? — cuestioné.

— ¡No! Nosotras no somos normales — dijo y me dio una palmada en el hombro para adentrarse en el departamento.

— Prepara el té — exigió Vicky desde el sofá al verme entrar.

— Lo trajiste tu — dije.

— ¡Por eso mismo! Bueno, que lo haga Nuvia — dijo mirando a la pelinegra.

— ¿Qué? ¡No!

— Que lo haga Ari — sugerí. Las dos se miraron y luego asintieron.

— ¿Qué yo haga que? — Ari entró a la sala.

¿Sólo Sexo? - rivari [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora