Verlo después de años, hizo que volviera a sentir como mi corazón aun latiendo con fuerza quería salir por mi boca. Pensé que Joel había sido un amor de preparatoria, un amor joven que solo se quedaría en eso, pero en realidad su visita al café donde trabajaba fue totalmente una sorpresa a toda mi existencia, fue... como volver al pasado completamente.
Pero no solamente hizo que recordara las mariposas en mi estómago, las estrellas antes de la fiesta de graduación, o incluso aquellas visitas a mi casa, todas las risas que yo me había esforzado en ocultar bajo la cama, todas aquellas letras de canciones escritas en post it pensado en él en medio de la madrugada o en aquellas tardes donde se suponía que tenía que estar estudiando para los últimos exámenes.
Con esa felicidad y nerviosismos también habían llegado los ataques de pánico, aquel cansancio mezclado con una fuerza de voluntad gigante, el cómo estaba decidido a ver por mí y olvidar a los demás, las ganas de conocer a mi persona con aquel miedo de no ser suficiente. No merecedor de amor... pues si mis padres me aventaron a la calle sin pensarlo... ¿Quién me podría recibir en su casa? ¿en su vida?
Así qué, con un horrible y desgarrador dolor en donde iba mi corazón, decidí seguir, seguir ahora por mí, tratando de ser fuerte en el camino y de no encariñarme demasiado de las personas nuevas que conociera. Y al principio estaba bastante bien con ello, porque, por fin estaba viviendo una vida que era completamente mía, ahora podía descubrir mi propia canción, mi propia melodía...
Pero Joel.
Joel era aquella combinación entre lo bello y lo terrorífico. Era alguien hermoso de mi molesto pasado, alguien que mi mente se presentaba con pensamientos fugaces. Que iban y venían una vez cada cierto tiempo. Pero tratando que no durara mucho en mis pensamientos. No quería anclarme a nada del pasado que deje tan atrás.
Pero sucedió.
Me alegré tanto volverlo a ver, pero... ahora contra la puerta de mi departamento solo suplicaba entre lágrimas y con los labios temblorosos... en no volver a verle nunca más.
- ¿Dairé? – escuche en el pasillo. Trate de volver a la normalidad, controlando mi respiración y limpiándome las lágrimas con cuidado a que no me viera.
Me enderece y con un paso normal fui hasta el único sofá que había en aquella "sala de estar" y mientras dejaba mis cosas sobre este, trate de controlarme y de que las lágrimas volvieran a su lugar, dentro de mi cuerpo.
-Henry, pensé que estarías con los audífonos, acabo de llegar- mi voz salió con naturalidad, pero di gracias de estar dándole la espalda, porque para ese momento aun mi rostro seguía consternado.
-En realidad ya estaba por irme a dormir, pero te escuche, parecías tener la respiración agitada, ¿estas bien? – Mi compañero de departamento llego a la par de donde yo estaba y coloco su mano sobre mi espalda.
-Estoy bien, solo que hacía algo de frio afuera y se me olvido mi chamarra en la cafetería-
-Ooooh entiendo, ¿quieres que te prepare un café? – y como si nada hubiera pasado, volvía a hablarme con normalidad para ahora caminar hacia donde estaba la estufa, que se podía llegar en 5 pasos, pues, la cocina, comedor y la sala de estar era en realidad una sola habitación algo espaciosa por suerte.
-No gracias, yo también ya me iré a dormir, estoy agotado-
-Como quieras, descansa Dairé-
Y así como llego, también se fue, suspire un poco aliviado pues no me gusta darle explicaciones a nadie y aunque Henry ya era mi compañero de departamento desde hace ya dos años, aun tenía entre nosotros una barrera que no iba a tirar, no dejaría que nadie pudiera pasar aquel gran muro.
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[DAME 5 RAZONES] El color de tus ojos. 《BL》
Teen FictionJoel, un joven que tuvo una adolescencia aburrida ahora está pasando lentamente a la vida adulta, estudiando artes en una ciudad lejana a su ciudad natal. Hasta que en una noche al salir con sus amigos a una cafetería presencia un pequeño concierto...