Genos decidió seguir a Saitama como su discípulo luego de presenciar su incomparable fuerza.
Lo que empezó como una búsqueda por ser más poderoso, con el tiempo comenzará a mutar en un sentimiento completamente nuevo que el ciborg poco a poco inten...
Un día soleado de verano, la asociación le había encomendado a Saitama encontrar un gato el cual al final, después de muchas idas y vueltas junto con su discípulo, había logrado devolver a su dueña.
—¡Sensei! ¡Espere por favor!
El sonido de un fuerte estruendo se escuchó a continuación al mismo tiempo que patitas peludas y blancas se notaban correr a toda prisa de ambos héroes.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
—¡ESE GATO INFELIZ! ¡YA VERÁ CUANDO LO AGARRE!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Genos intentando frenar el arranque de ira de su maestro luego de que el gato lo rasguñara, acabó de bruces en el suelo con Saitama cayendo sobre su cuerpo de una forma un tanto...particular.
"Blando..."
Fué lo primero que se cruzó por la cabeza de Genos al sentir hundirse su nariz entre los pectorales trabajados de su maestro.
Gracias a ésta misión, su discipulo pudo conocer un poco más a su sensei, descubriendo el interés que éste tenía por los gatos pero también el hecho de que éstos últimos siempre terminaban huyendo de él o provocando su enojo después de lastimarlo.
"Su olor tambien es..."
Genos olfateó guiado por la curiosidad, algo que pasó desapercibido para el mayor mientras éste último no hacía más que renegar, maldiciendo a cada gato del mundo viendo huir a su agresor blanquecino, todo para de un segundo a otro, reincorporarse entre quejas del suelo, sacudiendo sus ropas uno instantes notando aún a su discípulo recostado boca arriba en el suelo, absorto en sus pensamientos, como si se recostara en el cesped por gusto y no por su intento de detenerlo.
—? Genos? ¿Estás bien?
No pudo evitar preguntar Saitama temiendo que la caída moviera alguno de sus circuitos, pregunta que fué respondida de inmediato, levantándose Genos del suelo para encarar a su sensei con un rostro imperturbable y serio tan característico de éste.
—Estoy bien sensei, por favor no persiga al gato, si los civiles lo ven maltratando a un animal su imagen se verá afectada negativamente.
—Idiota, por supuesto que no iba a lastimarlo... Mucho...Ahg ese gato tenía las uñas afiladas!
Se quejó tocando su rostro para luego suspirar pesado y darle la espalda al ciborg.
—Como sea, Genos vayamos a casa, la misión ya terminó y aún nos queda comprar las provisiones de la semana.
—¡Si sensei!
Concluyó y así ambos comenzaron a caminar rumbo a su siguiente destino, fijando Genos su vista en la espalda de su maestro, concentrando sus orbes en la capa ondeandose a su espalda, develandose parte de su espalda cubierta por aquella tela de color amarillo, fijando sus ojos negros en parte de sus omoplatos y nuca sin mirar ningún punto en concreto, absorto en la figura de su sensei.