Con el teléfono sonando y su ex pareja momentáneamente fuera de la habitación, Alejandro luchaba desesperadamente contra las esposas que lo mantenían atado. Con sus manos inmovilizadas detrás de su espalda, cada movimiento era una lucha contra la restricción, pero la necesidad de alcanzar el teléfono lo impulsaba a seguir intentándolo.
Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, las esposas se mantenían firmes, negándose a ceder bajo la presión de sus intentos de liberación. La frustración y el miedo se apoderaban de Alejandro mientras la oportunidad de llamar a ayuda se desvanecía con cada segundo que pasaba.
Cuando su ex pareja regresó con comida, la sensación de impotencia de Alejandro se intensificó. Se vio obligado a aceptar la comida que su ex pareja le ofrecía, sintiendo una mezcla de repugnancia y desesperación mientras era alimentado a la fuerza.
Los besos en los labios y los tocamientos no deseados solo aumentaban el horror de la situación para Alejandro. Se sentía invadido y vulnerable, atrapado en una pesadilla de la que no podía escapar.
A medida que pasaba el tiempo, la sensación de desesperación se volvía cada vez más abrumadora. Alejandro sabía que necesitaba encontrar una manera de liberarse de su captor y buscar ayuda antes de que fuera demasiado tarde. Pero en su estado actual, con las manos atadas y la amenaza constante de su ex pareja, cada momento se sentía como una eternidad en la oscuridad de su tormento.
El intento de fuga fue efímero y brutalmente interrumpido por la atención aguda de su ex pareja, que lo arrastró de vuelta a la habitación con una violencia implacable. Una sensación de desesperación lo inundó cuando se encontró nuevamente encerrado en una habitación sin salida aparente, salvo por la pequeña ventana que se burlaba de sus esperanzas de libertad.
A pesar de estar atado, Alejandro persistió en su intento por liberarse. Con un último esfuerzo desesperado, las esposas cedieron finalmente ante su empeño, liberando sus manos de su captura metálica. Sin embargo, la libertad que esperaba encontrar estaba empañada por el dolor y la angustia que lo consumían.
El sonido de su teléfono sonando cortó el silencio tenso de la habitación, pero Alejandro apenas pudo reunir la fuerza para contestar. Sollozos y gemidos de dolor escaparon de sus labios mientras luchaba por contener el torrente de emociones que lo abrumaban.
El timbre persistente del teléfono quedó en segundo plano cuando su ex pareja irrumpió en la habitación con una risa siniestra. Las palabras de Ángel resonaron débilmente en su mente mientras su ex pareja lo obligaba a colgar, sin mostrar ningún interés en las preguntas preocupadas del otro lado de la línea.
La sensación de estar atrapado en una pesadilla sin fin se intensificó mientras Alejandro luchaba por encontrar una salida de la oscuridad que lo rodeaba. Con cada respiración entrecortada y cada latido acelerado de su corazón, se aferraba a la esperanza de que algún día, de alguna manera, encontraría la fuerza para escapar de las garras de su tormento y encontrar la paz que tanto anhelaba.
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Cómo te Conoci
Teen FictionCarlos, un joven de 23 años con una melena rizada y una altura impresionante de 1.80 metros, siempre había sido un alma libre. Trabajaba como barista en una cafetería acogedora en el corazón de la ciudad. Era apasionado por la literatura y pasaba su...