Quiso detenerse pero ya era demasiado tarde , su cuerpo dolía pero la adrenalina lo hacían correr lejos del fuego, lejos del caos. Jack gritaba y lloraba en sus brazos, el pequeño no entendía nada de lo que sucedía a su alrededor y le dolía verlo de esa manera.
Pero no podía explicarle nada, no lo entendería y era mejor así. Al menos eso se decía así mismo, así la culpa disminuía y era lo mejor para todos.
Avanzó unas cuantas calles hasta que vio a su equipo correr hacia él, había muchos policías ir y venir , bomberos y paramédicos. La escena del caos mismo se estaba desarrollando frente a sus ojos y pensar que todo eso fue causado por un hombre. Un sólo hombre hizo todo es desorden.
—¡AARON! — Emily fue la primera en llegar junto a él, se detuvo para analizarlo un momento — ¿Están bien?— acarició la espalda de Jack.
— Hotch — Morgan fue el segundo en acercarse , junto a David.
— ¿Todo bien?— los ojos del mayor fueron directo detrás de él, veía con atención la escena de donde el había estado segundos atrás.
— ¿Y Spencer? — Matt avanzó un poco más, quedó a espaldas del restó del equipo, seguido de Luke. Era entendible que ellos pudieran ver en Spencer como lo que era , un criminal, alguien peligroso. Un ignoto, ellos estaban listos para defender al equipo y no es que los demás no lo estuvieran pero claro era diferente.
Todos ellos conocían a Spencer de años, el vínculo era doloroso. Se giró para ver el carro arder y suspiro.
— Murió... Él, quiso, intento huir pero no funcionó, yo lo persigue. Se llevó a Jack y no me dejó... No- no tuve opción — y era cierto, decirlo le dolía pero tenía que hacerlo. Confesar que mató a su esposo .
Spencer Reid murió aquella madrugada del sábado, la noticia impacto al equipo y al mundo. El agente del FBI que en secreto era un asesino en serie, que escapó de prisión y murió a manos de su esposo. Una noticia que no sería olvidada en mucho tiempo.
El día del funeral fue lujubre , se supone que son así, son tristes después de todo pierdes a alguien. Pero claro está que ese no era el caso , al menos el lo sabía, tenía que fingir y aparentar. No lo quería, pero era la única opción ya no expondría a nadie más.
Los días avanzaron, le dieron días de descanso y ciertamente los necesitaba, pero lejos de descansar su cabeza no dejaba de dar vueltas. Había algo que lo mantenía inquietó y alerta constante y era que tenía que ver a alguien en poco tiempo y sabía que después de "eso" no había marcha atrás.
