[Poka's POV]
No pude prever las bruscas vueltas que se desencadenaron, cada una de ellas sacudiéndome de un lado a otro. Perdí la cuenta de cuántas veces mi frente golpeó la ventana, saludándola con un amargo ‘hola’. Este es uno de los problemas de la falta de visión: ¡te preguntas constantemente qué diablos está sucediendo frente a ti! Pero debo enfrentar estos imprevistos; de hecho, puedo decir que estoy acostumbrada.
Mi madre me llevaba en mi primer día de secundaria. Una escuela elegante, que tenía un estricto sistema de uniformes. Confieso que nunca antes había vestido ropa tan cara, pero soy becaria, una estudiante ‘especial’, señalaron. Por eso, me dieron todo gratis. Una falda con un vuelo pomposo, de doble borde; y una camisa ligera de algodón, con un nudo encima del pecho. Tenía una textura maravillosa al tocarla; aroma a confección. Mis padres nunca comprarían cosas así, probablemente usarían el dinero para comprar cerveza o cigarrillos…
Tremía, y no era por la conducción inestable (aunque me aferraba al reposabrazos como si fuera pegamento); estaba nerviosa. Muy ansiosa. Temía cómo sería con mis compañeros, si lograría hacer amigos… Desde que fui adoptada, nunca supe cómo cautivar a un niño de mi edad. Todos se alejaban, me juzgaban ‘demasiado francesa’ o ‘de ojos muertos’. Gran parte de mi vida fue así: solitaria, alternando entre casa y el antiguo centro cultural.
“Mère,” llamé a mi madre adoptiva en francés; me gustaba llamarla así, me parecía cariñoso. “¿Puedes decirme si estoy bonita para la escuela?”. Cuando eres ciega, la incertidumbre se cierne sobre tu vida como una constante. Me peiné durante horas, verificando con el tacto las puntas rebeldes. — Pero, conociéndome bien, probablemente estoy hecha un desastre; héhéhé.
Ella aclaró su garganta, sufriendo un ataque de tos antes de responderme. Llevaba un tiempo sufriendo un resfriado. “¿Por qué te importa tanto? Estás yendo a una escuela de personas sanas, no como esos compañeros tuyos retrasados del centro cultural. A nadie le importas.”. Tosió, terminando con una voz aún más ronca: “De hecho, si ni siquiera tú ves a los demás, ¿por qué molestarme con una pregunta inútil como esa?”
Tragué en seco, confundida por la respuesta ácida. Pero madre tenía razón, vivo a expensas de molestar a los demás. “Oui mère…”, susurré para mí misma.
Al acomodarme en el asiento, mi mano se posó en una mancha sucia y húmeda. A veces me sorprendo pensando que este coche es un campo minado. Siempre con un olor fuerte a polvo y agridulce; de migas viejas que se fosilizan en el tapizado. ¡No las veo! Termino teniendo que memorizar los lugares menos inmundos para apoyarse y, aun así, algunas se escapan. No sería exagerado decir que este coche no se da un bañito desde hace años.
Pero no soy ingrata, amo a mi mère y père. Ellos fueron los únicos que me adoptaron y, por lo tanto, mi gratitud será eterna. Quiero hacerlos orgullosos de mí, aunque sea difícil complacerlos. Sé, sé que soy un poco más complicada de lo normal; pero, sin embargo, simplemente estoy tan feliz de tenerlos. Personas que me adoptaron porque me querían, que buscan cuidar de mí — aunque no lo demuestren con tanta voluntad… Sé que me aman, incluso si en el fondo.
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ℙ𝕠𝕜𝕒 (¡La Niña Ciega Inútil!)
Roman pour Adolescents🦯Poka es una chica ciega y francesa que fue adoptada por personas que la odian; de hecho, todos la desprecian por alguna razón, ya sea por su discapacidad o por ser extranjera. Pero, ¿qué puede suceder cuando Blondie, una sociópata manipuladora y t...