Dos meses llevaba mamá en coma, pasaba los días solo en casa, internet se había convertido en mi nueva vida. Las notas eran desastrosas porque no iba al instituto y nadie se preocupaba de mí, ya que entre la investigación por encontrar a Mary y el seguimiento de mi madre en el hospital...
Los días para mí eran sombríos, tenía ventanas y puertas cerradas permanentemente, me daba pánico moverme de la silla, mirar a mi lado y encontrarme algo. Apenas dormía, pasaba prácticamente todo el día y toda la noche frente a la tenue luz de la pantalla del ordenador. Mi vida social murió, mi aspecto decayó y empecé a tener pensamientos suicidas.
Me remonto a mediados de noviembre, ese día hacía un frío espantoso y la nieve se acumulaba en Berlington hasta que sonó el timbre. Para mí, el sonido del timbre era todo un reto, tenía que salir de mi habitación, bajar las escaleras, cruzar el pasillo, llegar al descansillo y por supuesto ojear por la mirilla. Generalmente siempre era la vecina, Alice, que me traía unas dos veces por semana algo de comida, aunque nunca recibía respuesta porque nunca le abría la puerta. Ya ni me molestaba en bajar, pero ese día, estaba anocheciendo y esa no era la hora a la que solía visitarme Alice, así que me propuse bajar.
Me levanté de la silla y me quedé paralizado ante la puerta de mi habitación durante varios minutos, la casa estaba completamente a oscuras, la única luz en toda la casa era la de la pantalla del ordenador. Abrí la puerta y salí despacio, crujiendo la madera a cada paso que daba. En invierno la madera crujía más que en otras épocas y, aun estando quieto todo crujía sin parar. Tras pocos pasos ya me encontraba ante las escaleras, hacía más de una semana que no bajaba esas escaleras, me daba un profundo pánico, todas las noches escuchaba pasear algo en el pasillo de la escalera al hall. ¿Me encontraría algo al bajar las escaleras? Muy despacio bajé las escaleras y mientras que las bajaba pensé que quién hubiese venido, ya se habría ido, pero pensé que me vendría bien algo de aire fresco.
Ya estaba en el pasillo, y para mi alivio no había nada fuera de lo normal, empecé a andar con paso firme pero despacio, se me hizo interminable aquel pasillo, llegué al hall y con ello, a la puerta. Me incliné hacia la mirilla y de lo que vi, pegué un respingo hacia atrás, me tropecé con la alfombra y caí al suelo, mi respiración se aceleró, cada vez más, comencé a llorar, no era capaz de reaccionar. Me levanté como pude y abrí la puerta.
- ¡¡¡TITA MARY!!!
Así es, era mi tía Mary, estaba allí, no podía creerlo. Ambos nos fundimos en un gran abrazo pero, no había hablado y pensé en la posibilidad de que no fuera ella realmente así que me despegué de ella y la miré con los ojos desencajados.
- Jake, ¿por qué me miras así?
Suspiré y volví a abrazarla.
Mi visión de la vida cambió. Vivir con mi tía era maravilloso. Ya no estaba todo el día solo y la casa no era un lugar sombrío, volví a ser el chico de antes, porque además, hacía meses que no sabía nada de las réplicas. En el fondo de mi alma tenía la esperanza de que todo había sido mi imaginación. En realidad sabía que no, pero mientras no apareciesen más...
Mary me debía una conversación.
- Tita, ¿por qué te fuiste así? Me dejaste solo, pudo pasarme algo.
- Jake, tú eres un chico listo, confiaba en ti, en que no te pasase nada, y así fue. Necesitaba desconectar. La situación me estaba superando y volví a beber. Ya estoy recuperada y estoy aquí para cuidarte.
La explicación me dejó como estaba al principio pero lo importante es que estaba a mi lado. Ya solo quedaba que se despertase mi madre para que todo fuese perfecto.
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Réplicas II
Mistério / SuspenseTras las consecuencias que trajeron a Jake y a su familia la aparición de las réplicas, en Réplicas II, Jake le hace frente a todos esos problemas, al que se suma el hecho de que las réplicas son cada vez más numerosas.