Capítulo 11 - Sigue adelante

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En la mente de Paolo

Narra narrador:

Continuamos en dónde estábamos, Paolo ya no está en los últimos recuerdos de su padre debido que él cerró sus ojos al ser rendido de no hacer nada, él vuelve abrir lentamente sus ojos y esta vez está en otra parte que no tiene que ver nada de Piere. Paolo extrañado voltea a ver a los lados dándose cuenta que no está en el mismo lugar, ahora está en una especie de un barranco de poca vegetación, y para su horrible sorpresa es que en frente de él hay cuerpos de varias mujeres sin vida en una pequeña fosa, él se levanta con poco esfuerzo y se acerca a paso lento. Ya estar lo más cerca suficiente, veía atentamente si está el de su mamá, seguía viendo hasta que logra identificar uno por la vestimenta y el color del cabello y para su respuesta es un lamentable "sí", no podía creer que los soldados asiáticos pudieran cometer semejantes atrocidades, el cuerpo de su madre se encuentra tirada junto con las demás mujeres muertas, pero lo que se puede notar es que tienen la ropa rasgada, moretones, rasguños, marcas de mordida y hasta un tajo profundo en el pecho en dónde ubica el corazón, la cual significa que han sido abusadas sexualmente por los soldados asiáticos antes de matarlas de manera bruta, Paolo al verla empieza a sentirse una gran carga de culpa de no haberla salvado durante el ataque del estación del tren, sus ojos empiezan a lagrimear por segunda vez.


Paolo: Mamá... Lamento mucho de no poder salvarte... (lo dice sollozando) Fui un inservible...


Paolo agacha su cabeza de tristeza, era un momento muy triste para el pobre joven humano, hasta que alguien interrumpe el silencio.


???: Eso fue divertido, me encantó hacerlas sufrir.

??? 2: Tenía pensado desde hace tiempo si esta guerra ocurriera.

??? 3: Y sí pasó, ojalá esto se repita si encontremos más.


El trío de las voces soltó una risa por ese comentario, Paolo voltea rápidamente para ver quiénes son y para su coincidencia son los soldados asiáticos que llevaron a su madre en la estación de trenes, pronto él frunce el ceño al tenerlos en su vista y su cuerpo empieza a tensar. Los soldados asiáticos bajan del vehículo militar, se dirigen a la parte trasera para abrir la puerta, luego entran para sacar algo inesperado, bajaban más cadáveres de mujeres y los llevaban a tirarlas a la pequeña fosa en dónde están las demás, Paolo está muy enfurecido de lo que ellos hacen teniendo ganas de matarlos.

 Los soldados asiáticos bajan del vehículo militar, se dirigen a la parte trasera para abrir la puerta, luego entran para sacar algo inesperado, bajaban más cadáveres de mujeres y los llevaban a tirarlas a la pequeña fosa en dónde están las demás,...

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Paolo: Malditos desgraciados... (lo dice murmurando)


Sin duda dos de ellos llevan un bidón de plástico, Paolo desconoce que contendrán el interior y que van a hacer.


Soldado asiático 1: Oye, ¿En verdad nuestro comandante pidió quemarlas todas? (pregunta extrañamente)

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