Avatar: Awakened Gamer

cap 80

Capítulo 80

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-Arnook POV-

Aunque estaba en la parte trasera del ejército, sentí el calor lamer mi piel como la lengua de un gato lagarto de fuego. La advertencia de Sokka había salvado al ejército, o de lo contrario habríamos sido derrotados sin poder dar una pelea digna.

Pero allí estaba Sokka, mirando la explosión sin miedo en su postura. Estaba... celoso de él, por decir lo menos. También era alguien con quien tenía que tener cuidado. Mientras yo seguía envejeciendo cada día, él estaba en la cima de su juventud, poderoso, más inteligente y todo lo que a mí me faltaba lo tenía.

  Podría haber sido una buena pareja para Yue, pero no es alguien que quisiera ni cerca de ella. Sokka ha demostrado que si me interponía en su camino, estaba dispuesto a perseguir a mi familia. No tengo ninguna duda de que si se casa con Yue y se asegura el puesto de futuro Cacique, tendré un "accidente" en su nombre.

Nunca había conocido a alguien tan peligroso en mi vida y sabía que era sólo cuestión de tiempo antes de que se convirtiera en un peligro. Esa avaricia en él, a pesar de que dice que estará satisfecho con gobernar la Tribu Agua del Sur. Sabía que haría un buen trabajo gobernando, los hombres como él eran muy competentes. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que sus ojos se desvíen hacia el norte?

Lo que me preocupaba aún más era que Sokka fuera el tipo de tirano que le gustaría a la gente. Qué desastre… ¿Cómo trato con alguien como él?

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"¡Todos, estén preparados!" Gritó Sokka, mientras el olor del aceite llegaba a su nariz, casi podía saborear la sustancia cruda.

Aun así, cuando vio que las naves de la Nación del Fuego se acercaban, y sin un muro que las mantuviera alejadas, supo que más distracciones podrían llevarle por un mal camino. Sokka sabía que no era un buen líder por naturaleza; en el mejor de los casos, era solo una copia de figuras legendarias de su vida pasada. Él está robando sus ideas y usándolas como propias en este mundo.

Pero conocía una forma en la que incluso alguien como él podía liderar a la gente: predicar con el ejemplo. 

'No dejaré que nadie haga lo que yo no estoy dispuesto a hacer. Actuar como herido y seguir así después de un tiempo también mejorará mi opinión pública.'

Entonces, con eso en mente, fue el primero en cargar. Sintió el calor hurgar en su ropa y secar su piel, mientras un mar de fuego estaba frente a él.

"¡Maestros Agua! ¡Apaguen estas llamas o simplemente serán combustible para el enemigo!" Las palabras de Sokka vibraron en el aire y los maestros agua escucharon su orden. Él acababa de salvarles la vida y, mientras todavía estuvieran en ese nivel, harían cualquier cosa que él les ordenara en esta guerra.

Mientras las llamas se calmaban, con chorros de agua apagándolas, ya habían atracado tres barcos y de ellos salieron muchos soldados. El [Mapa] de Sokka estaba cubierto de puntos rojos, y sabía que las posibilidades de ganar esta guerra se habían desplomado hasta el fondo. Pero todavía no se daba por vencido. Si bien no le agradaban los gobernantes del Norte, los necesitaba en caso de que Aang fallara en su misión. El próximo Avatar en la fila sería agua, y no quería que naciera en algún lugar desconocido.

Tan pronto como le dispararon ráfagas de fuego, Sokka se agachó y corrió como una rata, escapando de todas las llamas y decapitando sin piedad a dos soldados de la Nación del Fuego. El primero en poner un pie en la Tribu Agua del Norte.

"Debieron haberse quedado en casa", les advirtió, mientras sus ojos se volvían fríos. Pero ahora, estaba rodeado de maestros fuego y soldados de la Nación del Fuego que no controlaban. Pero incluso entonces, tenía una sonrisa en su rostro. El enemigo no daba señales de detenerse contra él, ni tenía miedo. Con sus números abrumadores, que incluso con el ejército completo aún no atracado, todavía superaban en número a cada soldado de la Tribu Agua del Norte de uno a diez.

¡Auge!

Se le disparan ráfagas de llamas humeantes, formando una pira gigante de llamas donde estaba. Los soldados de la Nación del Fuego fueron despiadados, tal como la princesa Azula les había ordenado que fueran. El calor que quemaba las rocas permaneció allí, mientras se formaba una diatriba de llamas.

Pero cuando el fuego se disipó, ya no había nadie allí. 

"¿Lo quemamos hasta convertirlo en cenizas?" preguntó uno de los maestros fuego más jóvenes.

"No", uno de los miembros veteranos sacudió la cabeza. "Así no es como se queman los cuerpos humanos. Tampoco hay olor a carne. Manténganse en guardia", este tipo era quien lideraba este equipo inicial de atacantes y Azula lo había puesto a cargo porque era competente. Entrecerró los ojos y vio que el hielo donde estaba Sokka estaba cortado en un círculo, lo suficiente para que su cuerpo cupiera bajo el agua. "¡Está bajo el agua!"

Tan pronto como gritó su advertencia, dos manos surgieron de debajo del hielo y entrelazaron sus manos alrededor de la raíz de los pies del veterano.

*¡Chocar!*

Los soldados de la Nación del Fuego no pudieron hacer nada cuando su comandante fue arrastrado bajo el agua y el pánico se apoderó de sus corazones. Pero un par de soldados más tomaron el mando sin mucho problema.

"¡Ten cuidado! Haz formaciones mientras vienen los maestros agua".

"Preparen el escuadrón de rinocerontes. Nosotros-"

*¡¡Explosión!!*

De repente, dos manos humanas volvieron a salir del hielo y entrelazaron los pies de una de las nuevas personas al mando. "Mi-"

No pudo decir nada más cuando lo arrastraron bajo el hielo y el agua debajo del agua dura y translúcida se volvió roja de sangre.

"Está apuntando a los comandantes", murmuró el único que quedaba al mando de los soldados. Aún así, aunque sabía lo que sucedería a continuación, el soldado miró sin miedo a sus soldados. "¡No te preocupes! Mantén el muro en pie y deja que el grupo de rinocerontes se retire, venceremos al maestro agua así como así. No importa lo que me pase, no entres en pánico-"

Una vez más, dos manos surgieron del hielo y el hombre intentó apagarlas con su Fuego Control, a pesar de que sus propios pies estaban dentro del alcance del fuego. Pero antes de que pudiera herir a su atacante, fue arrastrado bajo el agua y vio a un joven de piel bronceada con brillantes ojos azules mirarlo con frialdad. El comandante comenzó a arrepentirse de su elección, ya que no quería morir e incluso tenía una madre a quien cuidar en casa. Pero recordó la promesa de Azula y supo que su madre sería tratada bien, y sacó una daga, lista para atacar. 

¡Fish!

Pero no tenía ninguna posibilidad, ya que incluso bajo el agua la lanza del hombre parecía moverse a velocidades cegadoras. El comandante se protegió la garganta con su daga, pero fue inútil; la lanza atravesó limpiamente el metal y le cortó el cuello. Incluso si Sokka no pudo decapitarlo, el hombre murió de todos modos.

Encima de donde los soldados habían formado un muro para luchar contra los Maestros Agua entrantes y estaban listos para luchar contra ellos tal como habían estado aprendiendo. La Princesa Azula había gastado bastante en enseñarles cómo luchar contra los Maestros Agua y no había querido el tiempo que habían pasado anclados fuera de los muros mientras esperaban que se fuera la luna llena.

Pero lo que ninguno de ellos notó fue que Sokka salía del hielo detrás de ellos. Dejó hablar al comandante en pánico porque, si bien el comandante ahora muerto era un buen líder, había entrado en pánico.

¡Fish!

Con su poderosa fuerza, Sokka blandió su lanza, creando un viento fuerte y matando a muchos soldados de la Nación del Fuego que estaban de espaldas. 

"¡¡Ahhhh!!"

"¡Ayuda!"

"¡¡Monstruo!!"

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