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ーA-ah... uf, mierda, Chaewon... ーYunjin suspira, entrecortada, apretando la sábana bajo su cuerpo entre sus dedos. Chaewon la mira, atenta, hambrienta, deleitándose con la excitada expresión que poseía Yunjin en su rostro.
Por su frente descendían gruesas gotas de sudor, sus ojos estaban entreabiertos, más oscuros de lo usual, sus labios se encontraban muy húmedos y con porciones rojizas por las mordidas que ella mismo se proporcionaba. Estaba hecha un auténtico y hermoso desastre, y ella era el causante y eso le encantaba.
Acuna en el interior de su boca los testículos de Yunjin, succionando intensamente fuerte y haciendo apretar la expresión de su rostro, soltando una maldición al aire, bastante fuerte.
Los lame un poco antes de arrastrar su lengua por la larga extensión del miembro hasta llegar a la punta y mimarla con devoción, dándole pequeños besos calientes y un par de succiones que hicieron levantar a Yunjin las caderas del colchón.
ーTrágatela toda... ーdemanda Yunjin, llevando sus manos al cabello de Chaewon. Esta sonríe levemente e ingresa solo una pequeña parte en el interior de su boca, haciendo sisear a la menor. ーSé que puedes meterla más profundo, vamos...
Chaewon gime alrededor del grueso falo en su cavidad bucal, aumentando la profundidad con la que lo succiona. Los sonidos húmedos hacen que, para Yunjin, todo sea casi demasiado. Chaewon sumerge el gran miembro hinchado de la menor en su boca, hasta donde más puede, y, con las dos manos, abarca lo que no alcanza a entrar, masajeando con esmero y buscando hacer acabar a la menor en su boca lo más pronto posible.
Se moría por sentir el orgasmo de la menor en su boca, viajando por su garganta e inundando sus papilas gustativas con el amargo sabor de su esencia. Quería sentir esa caliente semilla derramándose a lo largo de su lengua y quería que fuese abundante.
La sensación de ahogo y mareo al no poder respirar correctamente por las furiosas y nada complacientes embestidas de Yunjin a su garganta la hacían sentir como si fuese una puta, pues sólo se excitaba mucho más.
Intentó llevar una de sus manos a su centro, buscando un poco de alivio, sin embargo, al notar aquel detalle, la menor gruñó, mirando a Chaewon con los ojos líquidos en lascivia y muy enojados.
ーSi quieres correrte, hazme correr primero. ーle advierte, con la voz ronca como el infierno. Chaewon gimió en desaprobación, pero aquello le hizo querer hacerle terminar mucho más rápido, así que, tomando aire profundamente, logró meter un poco más de la mitad en su boca, sintiendo arcadas. La saliva se acumulaba en abundancia en sus manos, las cuales masturbaban a Yunjin efusivamente.
Siguió chupando más fuerte y empalando su boca en la gran dureza de la menor hasta que este movió abusivamente las caderas, dejándose caer del todo en la cama. Chaewon pensó, entonces, que se correría, pero Yunjin se sentó de repente y le empujó de los hombros, apartándola por completo de su erección.
