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La mañana siguiente no fue mejor para el alfa, al contrario, empeoró considerablemente.

Desde temprano en la mañana había sentido su cuerpo comenzar a calentarse, por lo que al despertar no le sorprendió encontrarse con un celo, que le quemaba la piel y le hacía gruñir al aire.

Rápidamente tomó un supresor, era la primera vez que pasaba un celo solo desde que se enlazo, y tenía un poco de miedo, se sentía demasiado exasperado, enojado con la vida porque su omega ya no estaba para calmarlo, mientras que su lado humano solo pensaba en llamar a su hermano o Jimin para que cuidaran de Bora durante ese día, pero su lobo le contestaba con rasguños ante la idea, ¡Él podía ser completamente responsable y cuidar de su hija!

Tomo una ducha fría para bajar la temperatura, agradeciendo de que le haya llegado el celo en un Domingo. Afortunadamente el supresor surgió efecto rápidamente, pero si bien le bajaba el mal humor y la calentura, no hacía que sus feromonas fuertes disminuyeran, por lo que al intentar acercarse a su cachorra, ésta se retorcía para alejarse o le volteaba la cara cuando intentaba alimentarla.

Suspiró, comenzaba a desesperarse.

Presionaba el puente de su nariz conforme el llanto de Bora incrementaba, y realmente gruño cuando escucho el sonido del timbre de su departamento, ¿Quién mierda era ahora?

Se levantó de la cama dando zancadas largas y pesadas, dispuesto a clavarle los dientes a quien sea que esté detrás de la puerta llamando. Aunque claro, no se imaginó que sería el omeguita quien le buscaba.

Jeongguk sonrió cuando vio al alfa, aunque dió un paso atrás cuando escuchó el fuerte gruñido que el mayor le dedicó apenas abrió la puerta. Lo miró asustado, y sorprendido por esa reacción, aunque Taehyung relajo el semblante inmediatamente cuando se dió cuenta que se trataba del omega.

Cuando te pedí una señal, no me refería a esto, Seulgi.

— Lo siento, Jeonggukie, no fue mi intención gruñirte. -El mayor regañó a su lobo, quien bajo las orejitas avergonzado.

— Creo que llegó en mal momento...

— No, todo lo contrario, de hecho. Llegas para salvarme. Pasa, pasa. -El alfa se hizo a un lado para que el menor pudiera pasar, cerrando la puerta detrás de él.

Jeongguk se movió rápidamente en el departamento cuando escuchó el llanto histórico de la bebé, ni siquiera pidió permiso al dueño del lugar, sus pies se movieron solos hasta la habitación del mayor, dónde está se encontraba ya con el rostro rojo, agitando sus manitas y piernitas desesperada. El omega la cargó con cuidado y la pego a su pecho, dejando su carita justo en su cuello para calmarla con su aroma, sin saber que con también tranquilizaba a cierto alfa que observaba desde el marco de la puerta.

MILKY | TaeKook OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora