MILKY | TaeKook Omegaverse

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— Lamento decirte que se te adelantaron, Kim.

— ¿Qué?

— Los señores Kang presentaron una petición para ser incluidos en el acta de Bora, y pedir la custodia completa de la misma.

— N-No, no entiendo, ¿eso se puede?

— Depende del caso. -Se encogió de hombros el abogado.- Los abuelos suelen pedir la custodia de un menor cuando ambos padres no están, o uno de ellos vive en malas condiciones. Los señores Kang no pueden hacerlo porque no están registrados en los papeles de nacimiento de Bora, pero pudieron presentar esa petición por los papeles de defunción de Seulgi.

— ¿Entonces no hay nada que pueda hacer?

— Yo no dije eso. -Lee se acomodó en su asiento.- Te recomiendo modificar las actas, incluirlos en los papeles. Mientras tanto, necesito que vayas recopilando información importante. Dónde vives, cuánto pagas de renta, cuánto ganas, dónde trabajas, cuánto tiempo estás con la niña, declaraciones de impuestos y demás, lo suficiente para demostrar que puedes darle un hogar digno.

Taehyung suspiro, sintiendo el estrés comenzar a apoderarse de él.

— No tengo un trabajo normal, soy editor. -Lee asintió.

— Es un trabajo informal, pero sigues recibiendo ingresos, mientras tengas tus impuestos pagados, no debería haber algún problema. -El alfa asintió.

— Bien, iré haciendo eso.

— Te daré una lista más amplia. -El beta tecleo en su computadora, buscando el documento de los requisitos que ya tenía preparado, pues solía ocuparlo más de lo que le gustaría. Mando a imprimir la hoja.- No te preocupes, mientras cumplas con todo, no te podrán quitar a tu hija.

— Gracias. -Taehyung tomó la hoja y se retiró.

Mierda, eso iba a ser largo.

El alfa de encontró a su omega preparando la cena cuando llegó a su departamento. Jeongguk estaba mudando las cosas poco a poco, él ni siquiera tuvo que pedir que cancelaran el contrato, pues la casera le salió con que vendrían el edición y debían volver a firmar un contrato con el nuevo dueño, pero decidió no renovar. La casera le devolvió una parte del dinero y le dió una semana para sacar sus cosas, en caso de que no tuviera donde quedarse. Afortunadamente la mujer era muy considerada con los omegas, y conocía el caso de Jeongguk, es por eso que le reembolsó el dinero.

Dió una profunda inhalación, llenándose del aroma delicioso de la comida y el atrayente que desprendía su omega. Bora estaba acostada de pancita sobre la alfombra, moviéndose unos pequeños centímetros poco a poco, pues aún estaba aprendiendo a gatear.

Jeongguk se acercó de inmediato, quitándole el abrigo al alfa y dándole un beso.

— ¿Cómo te fue? -Le preguntó preocupado.